jueves, 31 de diciembre de 2009

jueves, 3 de diciembre de 2009

La Inmaculada Constitución

Hay un error bastante extendido en cuanto al Dogma de la Inmaculada Concepción.

Se entiende, por lo general, que de lo que se trata es de cuando el Arcángel (el cantaor no, el de las alas) puso su semillita en la Virgen.

No es así. De hecho, lo que los que han escrito esa historia (o ese cuento, según a quién preguntes) a lo largo de 2000 años, trataban alejar a Jesús de toda mancha de pecado, y no sería suficiente que su concepción lo estuviese, sino que era necesario que la madre que le parió también estuviese libre de ese pecado original.

¿Que cómo lo hicieron? Pues fácil. En resumidas cuentas, San Joaquín y Santa Ana (Camarón cantaba que eran los dos canasteros) acudieron a una clínica para que les realizaran una inseminación artificial, tomando el veneno de Dios (de dios sabe quién), para que así fuese inmaculada (libre de mácula) la propia concepción de María.

A lo que iba. La Constitución tiene también ese aura de pureza, y lo que tratan de meternos en la cabeza es que, no sólo el texto está libre de mácula, sino que las circunstancias, la coyuntura y los actores que la propiciaron, estaban como la patena.

Pues que se la den a otro con queso. Muchos amigos de éste blog, llevan tiempo tratando de convencerme de que Dios no existe, y poco a poco, creo que acabarán convenciéndome (si no estoy ya convencido), pero para lo que no me hace falta ayuda es para comprender que el sistema que nos rodea está viciado desde su origen.

La Monarquía, a pesar de tener como fervientes defensores a buenas personas, es injusta, ilegítima y anti democrática por definición.

La Iglesia, a pesar de estar compuesta también por gente que ama a los demás, es una institución que roza la prostitución (y no sólo porque rime).

El Gobierno es, tal vez, algo dañino que coarta nuestras libertades por intereses estratégicos que escapan a la capacidad comprensiva de quién esto escribe.

Los partidos políticos son unos grupos de personas con buenas intenciones manejadas por los interesados en que el anterior punto (o varios de los anteriores puntos) estén en su onda.

El pueblo, España, los españoles, son (somos) gente egoísta, interesada y desinteresada. Con intereses, pero sin interés.

Salud, República, más escuelas y disculpas por el ladrillo.