lunes, 26 de abril de 2010

Todo son preguntas (y MMCVII)

¿Conoces a alguien tan gilipollas como para hacerse dos esguinces, dos, uno por rodilla? ¿No?
Bienvenidos al blog del antoñito.
Salud (y traumatilogía).

sábado, 24 de abril de 2010

Pregunta para el que entienda algo.

Imagino que nadie pensará que puedo tener simpatía por Manos Sucias o por Falange Española y de las JONS, pero lanzo la siguiente cuestión:
¿Cabe prejuzgar una denuncia según quién sea el denunciante o el denunciado?
Lo digo porque, aún odiando infinitamente a esos fascistas y a todos los que se sirven de la democracia con el único fin de dinamitarla (ETA, por ejemplo), supongo que lo que se acabará juzgando es si Garzón tomo una mala decisión a sabiendas, vamos, si prevaricó en las tres causas que tiene abiertas por ese mismo delito:
  1. No inhibirse en favor de los Juzgados competentes en lo relacionado con la Memoria Histórica (otra cosa más en el debe de Zapatero, por no conseguir sacar adelante una Ley Integral e íntegra, a pesar de que contaba para ello con suficiente apoyo de la izquierda. Como con la Ley de Dependencia, la eterna reforma de la educación, cortar las ansias privatizadoras de propios y extraños.....
  2. No inhibirse (otra vez) de la instrucción de un caso en el que esta implicado Botín, que tres meses antes le "pagaba" su excedencia en USA. De hecho, no sólo no se inhibió, lo que hizo fue sobreseer el caso.
  3. Por autorizar escuchas entre los acusados e imputados por el Caso Gürtel y sus abogados. Bien es cierto que tanto la Fiscalía como el propio Garzón tuvieron suficientes evidencias de que en estas comunicaciones se delinquía, bien porque los propios abogados continuasen con los negocios de sus representados, bien porque colaborarían en la destrucción de pruebas.
Ahora bien, me parece loable que Garzón intentase crujirse a Pinochet, a ETA o a los que participaron de los asesinatos de la Dictadura franquista (ojo, no entro a juzgar el Golpe de Estado, el delito de traición a la Patria -entonces penado con la muerte- ni las barrabasadas cometidas durante la Guerra Civil), pero es que sospecho del personaje, entre otras cosas porque me parece un tío vengativo al máximo, que pagó de la peor manera el no ser premiado con el premio que exigía a Felipe González(¡muchos matarían por ser Secretario de Estado! él  no, él quería ser Ministro -y yo, no te jode-).

Bueno, pues eso, que no sé ni lo que digo. ¿Alguien me puede aclarar algo?

lunes, 12 de abril de 2010

Garzón

Enlace para firmar en contra de la hijoputada que están haciendo con Garzón.

Espero que todos mis amigos firmen.
Espero también, que nadie piense que, porque esté en contra de lo que están haciendo en este caso con Garzón, ahora estoy "a plena satisfacción". 
Para nada. Me sigue pareciendo una estrellita un poco juez, y para esa profesión, lo primero es ser Juez.

jueves, 8 de abril de 2010

El plato frío de la venganza. De Manolo Saco.

Se supone que estas últimas jornadas deberían haber sido días de celebración. Admito que la venganza es el placer más mezquino que puede desear el ser humano, y que tan sólo los santos laicos, como Gandhi o Nelson Mandela, han logrado anteponer la generosidad del perdón al sabor agridulce de la revancha.
Yo, que soy un pecador impenitente y rencoroso, saludé con júbilo el levantamiento del secreto del sumario de la trama Gürtel para comprobar lo que siempre habían aconsejado los gourmets de la política: que la venganza es un plato que se debe tomar frío. Es tan grande el menú, viene a nuestras mesas tan lentamente, que por fuerza llega frío y ya no es necesario soplar cada tajada del banquete de folios para tragarlo. Huele y sabe a podredumbre, a corrupción, a prepotencia, a chulería. No sé ni siquiera si me va a sentar bien la digestión.
Se supone, digo, que deberíamos estar de celebración los que creemos que la existencia misma del Partido Popular es un sarcasmo de los dioses. Pero más que un sumario es la constatación del sentido patrimonial de una derecha que jamás fue vencida, incardinada en todos los púlpitos, juzgados y centros de poder político y económico. La que cree firmemente que la impunidad es una herencia genética.
Como prueba, los fascistas siguen celebrando impunemente en la basílica de los Jerónimos, con sus banderas y uniformes, “el aniversario del triunfo sobre los enemigos de Dios” hace 71 años. Son los herederos políticos de los golpistas, que van desde el sagrario a los juzgados, todavía con la hostia a medio disolver entre sus fauces, para acusar a Garzón por atreverse a denunciar los crímenes de sus papás.
Y lo más terrible es que allí, en el trono supremo, una cohorte de jueces admite a trámite sus denuncias en lugar de meter en la cárcel a los denunciantes por apología del fascismo. A ver cómo diablos celebramos nada.