jueves, 30 de diciembre de 2010

De economía, derecho y otras cosas de las que entiendo mucho.

Como sabéis, soy Catedrático por la Universidad de Parla en Economía Insostenible y en Derecho e Izquierdo. Por ello, me voy a permitir hacer una entrada en mi blog (no se puede considerar un artículo de opinión porque, en todo caso, serían dos y por dos artículos tendría que cobrar lo que por uno; por ahí, no paso).
A lo que vamos. Resulta que, según nuestro ordenamiento jurídico (que es eso de las leyes), cuando pasa un periodo de tiempo establecido por las leyes (distinto en cada tipo de delito, excepto los crímenes de lesa humanidad pero, como en España esos no se juzgan*, no perderé el tiempo con ellos), el delito prescribe, de tal modo que, en lugar de juzgarlo, el Juez de turno dictamina (o falla, que sería más correcto en el amplio sentido de la palabra) que "el presunto delito se cometió hace tanto tiempo que, según las leyes, no se debe juzgar".
Vale, puedo entender que en el caso de un yonki que roba un jamón en el Carrefour, sea una putada que, una vez rehabilitado y habiendo rehecho su vida, venga un Juez a decir que tiene que pasar 6 años en la cárcel, pero se da la circunstancia de que este tipo de cosas pasan a diario. Lo que no pasa nunca es que la justicia sea justa.  Si Carlos Fabra, Presidente de la Diputación de Castellón, hace que se cambie cada cuatro días al juez que debería instruir su caso, pues sucede que va a juicio por estar imputado en todos los delitos posibles una vez ha prescrito el delito. ¿Se alegra? Sí. ¿Si yo fuese inocente de un delito que se me imputa, estaría contento de que no se acabe juzgando mi caso? No, no y no. Eso ya me permite juzgarle a él y a todos sus compañeros de partido que han interpretado la prescripción como una absolución. Este caso, podría aplicársele a Los Albertos, a César Alierta y a tantos hijos de puta que, escudados en su poder y en sus influencias (y lo tanto que influye su poder en los jueces, los auténticos dioses de nuestro tiempo, una verdadera raza superior), se mean en nosotros y en la presunta igualdad de derechos de todos los españoles. Véase aquí que, como en tantos otros casos, utilizo "presunta" casi como dedo acusador, más que como una presunción.
¿Qué tiene que ver la economía, nuestra economía con todo esto? Me he dejado un asterisco colgado por ahí arriba que, junto con el que os cuele ahora, trataré que sea el nexo de unión entre una cosa y otra; luego lo explico.
Resulta que nos suben la luz*, el gas, la gasolina, los precios de casi todo (excepto de los pisos, pero claro, los pobres no podemos cambiar de pisos como los ricos cambian de Mercedes), mientras nos bajan los sueldos (una congelación en este contexto es, en la práctica, una bajada), nos quitan (lo de quitan, podríase cambiar por roban) los subsidios (¡los llaman subsidios, caridad, me cago en sus muertos!), las ayudas y los descuentos, mientras nos suben los impuestos injustos (los que no son proporcionales, como el IVA), mientras se los bajan a ellos. Pues esto no es lo que más me cabrea, sino que lo que me toca las pelotas es que salga un Ministro (Sebastián, dice que es socialista; digo que por los cojones) y dice que "eso no es ná, va a suponer el precio de un café al mes. Pues, mire usted, señor Ministro, el que aquí escribe no entra a un bar para tomar un café desde el mes de Junio. Así que váyase usted a casita, se coje su puño y su rosa, y se los mete por el culo.
* Tanto el Poder Judicial como las tarifas eléctricas, son errores heredados del pasado (yo diría, más que errores, aciertos de parte, jugadas hábiles de los poderosos para perpetuarse en la impunidad -gracias a sus más que amigos Jueces- y en la riqueza -gracias a sus más que amigos políticos-). 
La judicatura continúa en el franquismo y el pasado, hasta tal punto que son capaces de hacer una huelga ilegal porque les obligan a utilizar ordenadores.
Cuando Josep Piqué (antes de volver a Cataluña, era conocido como José; a la inversa de lo que sucedió con el delincuente Jaime Matas, que se convirtió en Jaume cuando vino a Madrid de Ministro, porque entonces convenía hablar catalán en la intimidad) era Ministro de Industria y dentro de la política de reducción del déficit, la inflación y todo eso que nos hacían cumplir para entrar en el Euro (vaya planazo, por cierto), el Gobierno del borracho con musculitos de Aznar, acordó con las eléctricas una subida diferida de las tarifas, algo así como "no me subas hoy un 0,5% y cuando vengan otros, les subes un 5%"; no es una forma de hablar, fue más o menos así.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El hombre que soñaba con una República y con más escuelas.

El jueves me dejó un amigo. Lo hizo sin velatorio, funeral o entierro. Volvió a entregarse, esta vez a la ciencia. Así era, así es él.
Que la tierra te sea leve, compañero.
Salud, República y más escuelas.
P.D.: Quienes sepan de quién hablo, que no lo digan; quienes no, que no pregunten.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Los hombres que no amaban a los obreros.

Quiero pediros disculpas por llevar tanto tiempo sin escribir pero, es que vivo sin vivir en mí. Pensándolo bien, tal vez debería pedirlas ahora por volver, pero esa es otra guerra.

Zapatero, las medidas que está impulsando, la forma en la que lo hace, a una servidora le asustan.

Ahora, en Venezuela, resulta que (según las noticias, claro) Chavez es "más dictador todavía" porque ha aprobado una ley que le permite gobernar a base de Decreto porque pierde la mayoría absoluta en el Parlamento. ¿Nadie se da cuenta de lo manipuladora que puede ser toda la "información" que se nos transmite de ese país (o de Cuba, o de Bolivia, o de....)? ¿Alguien sabe como se gobierna en España, en el "occidente civilizado" en general?

Tenía entendido que Sarcozy, Merkel, Obama y sobre todo Zapatero se están ciscando sobre los derechos de los trabajadores y las trabajadoras de sus respectivos paises (y en el caso de los tres primeros, también sobre los del nuestro, que se meten en "to"), en la vida y dignidad de las clases populares, en los derechos sociales adquiridos, en la dignidad de las personas que ven que mientras ellos son más pobres, los de al lado son muchísimo más ricos.

Tenía entendido también que el problema de España era que estaba gobernado por un partido socialista, por un partido de izquierdas. Bueno, hay tres cosas que decir respecto a esto. La primera, que Irlanda, ese país modélico (puesto en muchas ocasiones como ejemplo por Rajoy -el líder de esa derecha que, y cito a los muchos tontos de los cojones que nos rodean, "es el ejemplo que debería seguir este Gobierno, toda la gente normal lo shabe"), esa referencia que habría que seguir para salir de la crisis, ese laboratorio del liberalismo económico puro se está yendo al carajo, hasta el punto de tener que ser rescatado como Grecia (cuando allí el problema parece ser también un gobierno de izquierdas). 

Desmentido ahora que la solución sea tomar políticas de derechas, paso al segundo apunte. El gobierno de Zapatero no es de izquierdas, no es socialista. Un partido que es de izquierdas no permitiría a ningún gobernante, menos aún a uno de los suyos bajar los impuestos a las empresas, rebajar la presión fiscal a la banca, mantener la casi nula tributación de los beneficios de las SICAV's. Tampoco se quedaría de brazos cruzados un gobierno de izqueirdas frente al fraude descomunal que sufren las arcas del Estado (y menos escudándose de que es típica la pillería en nuestra cultura mediterránea o latina). Y todo esto no lo permitiría un gobierno socialista cuando paralelamente a todas esas concesiones al capital aumenta la presión fiscal sobre toda la población, cuando se ataca directamente al trabajador en beneficio de las empresas, cuando se recortan o se eliminan las ayudas a las rentas más bajas, cuando las nóminas soportan la Seguridad Social, cuando se pone en peligro a más de 160.000 personas a las que solo les quedaban unos ridículos e indignos 426 euros al mes, renovables semestralmente entre unos angustiosos, repetitivos y lentos trámites.

Como tercer y último apunte, se habla mucho de que hay que dar confianza a los mercados (y ¡"vive dios" que se está haciendo!; se les da la mano y se cogen el brazo), cuando lo que debería hacer, no ya un socialista o alguien de izquierdas, sino una buena persona es ofrecer confianza a su pueblo, a quienes le han colocado en el lugar privilegiado en el que está, a quienes ofrecieron esa confianza a él, en muchos casos ni siquiera a su partido sino a su persona. ¿Recordáis el 14 de Marzo de 2004? Yo sí. Estaba emocionado, excitado y orgulloso de que un buen tío se hubiese sobrepuesto al mazazo del 11M, a la maquinaria que empujaba al PP (entonces parecía que no se podían superar los límites de servilismo a la derecha por parte de los medios) y que lo hiciese en una declaración histórica, a la altura de aquel "Anoche tuve un sueño" de Martin Luther King: "No os fallaré". Una polla, con perdón. 

El minuto anterior a un tijeretazo dice que jamás hará eso. Bueno, decía, porque ya dijo el otro día la Ministra Salgado (¡qué cruz! Joder, lleva seis años Zapatero luchando -la puntita nada más, eso sí- contra los crucifijos y tenemos más cruces impuestas por él y sus políticas que las que han sido retiradas de las escuelas) que se haría lo que hiciese falta. Lo que hiciese falta para beneficiar al capital y machacar a los obreros, entiendo.

Os dejo un testimonio que me ha hecho llegar el compañero Mack de un oyente del programa de Luis del Olmo en Punto Radio que dan ganas de cualquier cosa, de muchas cosas. Y ninguna buena.