domingo, 25 de febrero de 2018

El jardín de mis sueños

Buscando en mi interior, recorro cabizbajo
el gris desamparo del jardín de mis sueños,
mientras me rompo recordando sin querer
la noche en la que me mató tu mayor miedo.

Angustia, pena y frío recorren estas espaldas
más anchas de lo que nunca sospeché,
con hueco finito para las llagas que provocan
tus silencios voluntarios de amarga indiferencia.

De todos modos, sabes que me vuelven loco
los dulces y amargos de tu rubia cerveza,
aquellos que bebí un día trece de entre tus manos,
cuando reímos como niños que descubren la felicidad, extasiados.

Tengo sueño, dudo, me asusto, caigo rendido
ante el cansancio de esta oscura y larga noche
en la que me rodean los sueños que no te conté,
amenazando las cicatrices que cierran unas heridas
que no deben tener quienes aman como nosotros.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Prefieres lirios

Dicen del lirio que te simboliza,
que es signo de renacimiento,
de nueva vida, de cambio.

He dicho que te simboliza,
pero sería más correcto decir
que dichas características
me llevan a ti, a lo que significas.

14 de febrero, sin velas ni cenas,
otro 14 de febrero preguntándome
qué será de mí, cómo saldrá todo,
si lo que he tomado es una decisión,
un deseo irrealizable o una sinrazón.

Porque, claro, no concibo la vida sin ti,
no te concibo a ti sin vida, aunque sea
por el efecto temporal de un maldito gotero
que te aleja de mí, de mi mano, de esa
que aún no sé si en unos minutos
amasaré como ayer, nervioso, hambriento,
con sed de tus besos, perdido.

Quiero que tú, luminoso lirio,
renazcas cada día junto a mí
porque no quiero ser la niña
que murió en la curva de tu sonrisa.

jueves, 8 de febrero de 2018

Eres sueño recurrente

Eres sueño recurrente,
cálida brisa que me envuelve,
mantita en el invierno,
caricia ejecutada con maestría.

Fuego en las frías mañanas,
incomparable atardecer gaditano,
abrazo que rompe la soledad,
mordisco de advertencia.

El viento de tus eses,
la sonrisa de una niña,
el abrazo de una amiga,
la mirada de una amante.

El pecado que me llama,
la llama que me templa,
el agua que me moja,
las piernas que me abrazan.

El polvo que no termina,
en el que no te conviertes,
quien nunca se irá,
quien cada día volverá.

La amante con anillo,
la nocturnidad con alevosía,
el orgasmo exigido,
cabecero con barras.

La risa repentina,
el ataque certero,
el tino en la diana,
mi Edén, tu manzana.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Me sorprendes

Me sorprendes con cada palabra,
con cada reacción, con cada gesto,
cada sonrisa, cuando te sorprendes
al decirte lo que me haces sentir.

Me sorprendes... y me transformas
con cada una de las cosas dichas,
con cada una de las cosas calladas,
con cada uno de las cosas soñadas.

Me transformas en alguien que aún
no conozco pero que ves en mí y,
qué coño, no soy nadie para llevar
la contraria a quien ha visto en mí
sin que yo se lo enseñe, lo que soy.

Me descubres porque estoy expuesto,
por que sólo soy yo de verdad
a la verde luz de tus grandes ojos,
porque mi piel sólo es suave
bajo el tacto de tus tiernas caricias,
porque mis uñas sólo hacen música
cuando se hunden en tu espalda.

Siento
que, del mismo modo que recitamos aquel
"mi todo",
juntos,
escribiremos cada día el poema inacabado
que con tus risas harás canción.

sábado, 3 de febrero de 2018

Felicidades, hermano 2016

Cuántas hostias dadas;
cuántas recibidas;
insultos; amenazas;
intentos frustrados de asesinato;
fabricaciones de bombas;
incendios; putadas que olvidamos;
aún hoy, algunas cuentas pendientes...
y cuánto te quiero.

Formas parte de mi rehabilitación,
de mi autodescubrimiento,
de millones de risas,
de ratazos con nuestras guitarras,
de mi garrapateo.

Eres culpable de alegrías y tropezones...
y eres esa noche bailando por Las Cuches
"voy buscando por la plaza,
pa comprarme un pantalón".

Un tio grande,
aunque estés hecho de recortes de maternidad
y seas lo mínimo
que se despacha como persona,
eres un tío grande. Sí.

Durante décadas,
el hermano más odiado y odioso,
hoy, que ya estoy viendo lo que es la vida,
el mejor hermano que se pudiese encargar.

Respondiendo a tu proposición

Te llamas alfarera y me encantan
cada una de las sensaciones
que me despiertas con eso,
pero permíteme que te vea más
como esa artista digna de que por ella
le pusiesen a aquel tiempo "Renacimiento".

Multidisciplinar...
por tantas cosas...

Qué rica nuestra lengua que permite,
que provoca íntimamente con la polisemia.
Permíteme, decía, que te vea
como a aquella escultora que,
lejos de inventar belleza donde
sólo hay piedra,
ves dentro de algo tosco,
algo que me ayudas a descubrir,
algo que sólo tú entiendes,
algo que me hace sentir tan bien
al SABER por tus ojos que es verdad
lo que dicen tus labios.

Así que sí, amor mío, 
deseo que me moldees con tus manos,
que no son tuyas, sino nuestras,
como los son las que te escriben.

Me gusta esto nuestro.

Me gusta porque una vez más,
nuestra fotografía más bella,
la vemos en los ojos de quien nos mira. Ayer vi mi sonrisa reflejada en tus pupilas...

Y me gustó.

jueves, 1 de febrero de 2018

Virtud y dignidad

Dicen que la paciencia es una virtud,
pero eso lo dice la misma gente
que opina que el trabajo dignifica,
cuando la virtud y la dignidad,
están en las personas,
no en qué hacen.

¿Por qué debo ser paciente?
¿Por qué he de aguantarme?
Me saca de mis casillas tener

  • que hacerlo, pues nadie

tiene que nada, puesto que
lo que deseo es maravilloso
y nadie se hace daño, mientras
que reprimir mis, tus, nuestros
impulsos, no hace otra cosa que
retrasar lo inevitable, alargar
en el tiempo dos opciones
que se me antojan peligrosas.

¿Nos buscaremos?
¿Buscaremos no buscarnos?
Honestamente,
huir de lo que soy,
ni es honesto, no es virtuoso.