sábado, 23 de junio de 2018

Musicalma

Me mata el instinto animal
de las ganas que me impelen hacia ti
como la sed con la que se coge una guitarra
cuando se atisba en la mente una bella melodía.

Tengo afiladas las uñas,
afinados los besos,
calientes los dedos,
cerrados los ojos,
entreabiertos y húmedos estos labios
que sólo saben decir tu nombre,
que sólo sirven para susurrar mis deseos.

He compuesto una melodía para cuerda y metal
que se caracteriza por el deseo animal
que me roba la vida, así, a poquitos,
cuando me niegas el agua de tu dulce fuente,
la fría y lacerante fusta de tu batuta,
la atractiva disonancia de tu "blue note".

He compuesto armonías para dúo de cuerda,
porque el solo de guitarra está falto del talento
que destilas cuando exiges fuerza bruta,
cuando ruegas velocidad en la ejecución de una armonía que me arrasa cuando
ese gruñido que parece mi nombre,
precede al derrame de nuestro placer.

viernes, 22 de junio de 2018

Entre bambalinas

En ocasiones te observo entre bambalinas,
como el secundario que espera
el paso que nunca acaba de llegar,
creyendo que esta vez sí tendré
la tan esperada oportunidad de jugar,
de participar contigo de mis secretos.

En otras, me veo como el apuntador
desesperado al que nadie escucha,
el que ve cómo se leen los textos
escritos, pensados y sentidos para otros,
cómo hay tantos "tus" que no son "yos".

Traidora es la memoria de mis sentidos
que se entremezcla con la de tus talentos,
tan húmeda esta, como negra aquella.

Vuelve, una y otra vez, la honda sensación
de irrealidad que me rodea cuando recuerdo
cómo me he sentido ante la guerra que libro
a solas en el corazón escondido de mi cabeza.

jueves, 21 de junio de 2018

La última charla

Tengo que calmarme. Tenemos que hacer las cosas bien. Tenemos que ganar.

Joder, estoy de los nervios, a ver si empieza ya, que me enfrío. Y encima, ahora viene el ingeniero este, que no ha dado una patada a un bote en su vida y me va a enseñar a mí cómo tengo que jugar al fútbol.

- Ahora vamos a cerrar los ojos. Todos. Venga por favor; hacedlo.

Vaya tela. Habrá que cerrarlos... ¡Qué olor! Huele a masajes, a silencios elocuentes, a lágrimas secretas, a estrellas que son solamente personas, a chavales a los que, en ocasiones, se les viene el mundo encima, a quienes les importa qué está pasando en su barrio más que un nuevo contrato. Ahí va, qué está hablando y yo, en mi mundo, como siempre.

- ... ya lo hemos hablado en la charla de esta mañana. Ahora vamos a saltar al campo. Lo haremos de la mano de unos niños con la camiseta de Portugal. Escucharemos los himnos; primero el suyo, después el nuestro.

- ¡Vamos, chavales! -gritó el capitán, a lo que el grupo respondió pataleando, golpeando con los tacos el brillante suelo del vestuario.

- ¡Venga! ¡Va! ¡Dejadme hablar! Volved a cerrar los ojos. Ahora, pensad que terminan los himnos y saludáis al rival. Ahora te hablo a ti, olvídate de tus compañeros, olvídate del partido inaugural, olvídate de que fuimos campeones anteriormente, olvídate de los títulos con tu club.

- Olvídate de tu novia, de los amigos con los que haces el idiota en las redes sociales -le interrumpen risas, codazos cómplices y un "contigo empezó todo" que desata una ovación.

- ¿Ya? Gracias. Continuo. Acuérdate de ese partido de fútbol 7, de ese niño al que acompañaba su padre cada lluvioso sábado, de cada gol, cada entrenamiento, cada noche estudiando porque había un examen y tu madre te llevó a hacer las pruebas con el equipo de tu vida.

Joder, parece que esté hablando de mí...

- Recuerda cuántas tardes de verano con los nervios, con la incertidumbre de si te cogerían para el Juvenil, para el filial. Recuerda ese día de julio en el que te llamó el entrenador del primer equipo para decirte que te ibas a Los Ángeles con el primer equipo.

- Quiero que recuerdes ese día en el que el defensa aquel te rompió, aquellas largas jornadas de rehabilitación, aquel partido fuera en el que te llamaron para decirte que había muerto tu padre, aquella noche en la que metiste el gol de tu vida.

- Y ahora, abre los ojos. Respira. Mira a la derecha. A la izquierda. Eso es. ¿Les ves? Esos dos, los otros diez, son vuestro auténtico yo, el secreto de este deporte. Nunca jamás has estado solo, nunca se trató de ti, sino de nosotros, de vosotros.

¡Dios! ¡Me está poniendo la piel de gallina!

- Ahora poneos en pie, coged la mano de esos niños, escuchad los himnos, acordaos de vuestra madre, de vuestro padre, de las noches sin dormir, de vuestra novia, de vuestros amigos, de vuestra lesión, de lo que coño queráis acordaros, pero ¡salid ahí, jugad como sabéis y ganad otra puta estrella para un país que está gritando vuestros nombres!

miércoles, 20 de junio de 2018

Felices 14, Sheila

No estuve allí, dando la mano a tu madre
mientras sufría la alegría de tenerte.

No estaba cuando diste tu primer paso,
ni cuando te caíste por vez primera.

Me perdí tu primera lágrima,
la primera sonrisa, las noches en vela,
los primeros cumpleaños,
las primeras canciones.

Nunca me llamarás papá,
nunca pretenderé tal cosa,
pero eres la niña que alegra
un hogar que lo es menos cuando faltas.

No, no estuve allí, no estuve entonces...
Pero siento que eres un regalo
que la vida ha puesto en mi camino.

lunes, 18 de junio de 2018

17000

Por más años que cambian vidas,
por más días que cambian años,
por más palos y por más ruedas,
por mas primaveras de renacimiento,
por más música que adornen pormas
y por más poemas con los que dar sentido
a las músicas que viven en mi alma.

A pesar de las vidas, de los años,
de los palos o las ruedas,
soy incapaz de poner letra
al réquiem que este mundo sin alma
compone en el corazón de quienes
desesperados, huyen de una vida
cimentada sobre los huesos
de unos pobres que se creen clase media,
que son media clase.

Macroeconomía que alienta
beneficios negativos,
llenos de vacío en el alma
de quien diseña países
para élites minoritarias
que con fútbol, banderas
y carnes en 'prime time',
realimentan inversiones en dolor,
revitalizan muerte,
matan esperanzas,
sonríen las lágrimas de un pueblo
que vota a quien le explota.

Orquestada la ganancia de pescadores,
asistimos impertérritos a la implacable
y silenciosa purga,
a la petenera que precede al sacrificio
de un nuevo mártir,
de otra doncella entregada,
a otro expediente cerrado
del asesino en serie que purga
nuestras dormidas conciencias.

Crisis.

Diez años.

Diecisiete mil víctimas.

Mil quinientos muertos al año.

Más de cuatro asesinados al día.

Un suicidio por motivos económicos
cada seis horas en un país que calla.

viernes, 8 de junio de 2018

Sueña conmigo

Pides que te abrace buscando mi comodidad
cuando soy yo quien la encuentra
viendo cómo te vence el sueño.

Te miro y siento una ternura desconocida,
como el que observa a un bebé, a una flor,
a cualquiera de las muchas maravillas
que nos regala de cuando en vez la vida.

Receloso, como siempre que miro en mi interior,
compruebo que necesito lo que rechazas,
siento un impulso imperioso de cuidar de ti,
yo, el ciudadano más débil de este débil país,
quiero cuidar del ser más fuerte que pisa
un mundo que se resquebraja mientras duermes.

Necesito, busco en ti una fuerza que me abandona
mientras respiras quedo, suave y profundamente,
como cuando demuestras que eres
absolutamente autosuficiente,
totalmente independiente,
de nadie y menos de alguien
pequeño y raro como yo, que
no soy un elegante felino,
no soy un rudo guerrero,
no soy un fono bailarín.

Sólo soy alguien que te ama
por encima de lo razonable,
sólo soy alguien que te desea
por encima de lo saludable,
sólo soy alguien que te admira
por encima de lo imaginable.

miércoles, 6 de junio de 2018

En un lugar del mundo pensando en ti.

Soy una mota de polvo sideral
que atraviesa nuestra galaxia,
y en ella, el frío universo,
a bordo de un mundo
que gira en torno a ti.

Sin ti, podría vivir.
Supongo.
Me da igual,
no pienso comprobarlo,
no concibo llamar vida a eso lento
y feo, y desesperante y vacuo
que transcurre alrededor
de tu ausencia.

No, amor mío, no quiero nada
que no te incluya porque
no sería yo sin ti,
nada hay nada bello en mí
si no se refleja en tus ojos.

Giremos.

lunes, 4 de junio de 2018

Párrafo triste de Hill Street

Siento, dolorido, un gran vacío
en el interior de una carcasa
que no termina de cicatrizar,
mientras los ojos que persigo
esquivan mis deseos etéreos
y terrenales, espirituales
y carnales, en una angustia
cotidiana que no hace sino
ahondar en la pena,
manchar la triste sed.

El cuentacuentos

Hoy, como siempre, escribiré sin repasar redacción o ortografía. Hoy, como casi nunca, esconderé al protagonista de la historia, que quiere permanecer en el anonimato. Hoy, como casi nunca, no voy a publicarlo aquí para tenerlo más amaño que en las redes sociales, sino que lo haré solamente aquí, para estar seguro de que no lo leerá nadie, ya que no voy a enlazar o copiar y pegar en Instagram o Facebook. 

Hoy, voy a escribir prosa, cruda, sin poesía y con mucho dolor. Hoy, realizaré un exorcismo para ver si el niño del que hablaré sin dar nombres, es capaz de dormir.