Nadie tiene un sistema moral perfecto, y todos ignoramos muchas cosas para seguir con nuestra cómoda vida moral o nuestras pequeñas miserias. No es que nos haga peor persona… simplemente nos hace humanos.
Todos mentimos al resto o nos mentimos a nosotros mismos. Seguimos nuestros principios lo mejor que podemos, o con nuestras mayores o menores dudas. Seguimos viviendo cómodamente del sistema poniendo los límites donde mejor nos parece, y aun cuando se intente combatir, se hacen concesiones.
Todos hemos sido y somos a menudo cobardes, mentirosos, hirientes, arrogantes…
Aun así seguimos peleando y viviendo como podemos.
No podemos pretender ser perfectos, ni que nadie lo sea. Las sombras son tan parte de nosotros como las luces. Negarnos a ver esas sombras es negar a la propia humanidad.
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