jueves, 19 de agosto de 2010

Cebollino.

"Con mar gruesa y fuerte viento de levante". "Créame cuando le digo que Irak tiene armas de destrucción masiva". "Los autores intelectuales del 11-M no están en montañas desiertas o rincones lejanos".

Ésto, más o menos textualmente, es a lo que nos acostumbró el Gobierno de San Josermaría Aznar de España y López de Alemania. Ésto y no otra cosa es el mejor modo en el que defiende a su país el mayor patriota que alguna Patria vio, las abdominales más resaltadas del gimnasio que ustedes elijan, el más madridista del Bernabéu, el más bigotudo de la barbería, la más novia en las bodas y el más muerto en los entierros.

Sí, han leído bien, así defienden este tipo de personas a su país. Porque los patriotas de hojalata, no tienen más Patria que ellos mismos, más país que sus amigos, más bandera que sus Rolex, sus Jaguars y sus pulseritas rojas, amarillas y rojas.

¿Por qué (se preguntarán ustedes) nos tratará de usted este tío? Pues por respeto hacia los desconocidos y por si alguien me "menea" la noticia. Una es decente, pero práctica.

Seguimos (ustedes y yo, no piensen que utilizo el plural mayestático, pues lo único mayestático en mí es la ignorancia). Este individuo, nunca mejor utilizado, se presenta a apagar un fuego que ya no existe, a avivar las llamas tal vez. 

Resulta que los, probablemente muy musulmanes, pero seguro que muy machitos de los marroquíes que intentan pasar a diario la frontera con Melilla (qué tendrán las fronteras que tantas cosas suceden a su alrededor), tienen problemas con la autoridad. Con la autoridad así, en femenino. Parece ser que a ciertos cabestros les moslesta que una mujer, esa serpiente que engañó a Adán (¿que eso es de la Biblia y no del Corán? Es igual; aún estoy esperando a una religión que respete a las mujeres), que sea una mujer, digo, la que le ordene y mande.

El problema, obviamente, no está ahí, porque en la España que el tal Aznar vivía plácidamente, tampoco es que la mujer tuviese relevancia más allá de ver, parir y callar. El problema es que el carnicerito de las Azores llevaba un tiempo fuera de los focos. El problema es que se alimenta de una Fundación cuyas iniciales coinciden ¿milagrosamente? con las de FAlange ESpañola. El problema es que vive en un Partido que vivió por él y que le debe tanto como las mujeres: ver y callar, coño, que es el vigía de occidente el que habla.

El problema, al fin y al cabo, es que éste vive muy bien gracias a un país que no sólo aguanta, sino que apoya y promueve desde al patriota de Perejil (sí, ese que a pesar de haber propiciado que pasase los del Yak-42, es el responsable de Justicia del PP -no es broma, se llama así algo en el PP; oxímoron creo que se llama el asunto-) al Cebollino de Melilla. Por la gracia de dios, supongo.

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