domingo, 11 de septiembre de 2011

11 de Septiembre. 2011

Está de moda contar dónde estaba uno el día aquel. En mi caso es fácil: estaba currando.
En aquel tiempo, trabajaba para mi padre en una subcontrata de ACS, así que estaba en el parque de maquinaria de Valdemoro. Fue cuando más aprendí sobre la soldadura (tampoco es mucho decir). Me lo contó "El Rober"; decía que pensaba que estaban echando una película, pero que al parecerle una hora rara, puso el sonido de la tele y se enteró del pastel.
Alrededor de 3.000 muertos. Uno de ellos, un capellán del cuerpo de bomberos de Nueva York, el padre Mike, fue el primer identificado de entre todos los muertos. De hecho, se le atribuyen 5 milagros desde entonces. No le pueden beatificar porque desde el Vaticano dicen que está regulero eso de que se nombre santo a alguien que se vanagloriaba de ser gay.
Por lo que veo, para los gays, los musulmanes, los pobres, los ricos, los poderosos y los oprimidos, todo quedó en agua de borrajas.
Todos, sin excepción, pensamos que con aquello todo iba a cambiar. 
Pues nada ha cambiado.
¿Para qué esas 3.000 muertes? ¿Para qué los millones de muertes en Irak y Afganistán?
Luego hablan de pan y fútbol......

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