miércoles, 22 de febrero de 2012

Hace diez años...

Hace diez años, a principios de siglo (que queda muy intelestuá), estaba germinando eso que siempre ha estado plantado en el ADN de todo español de bien: "los estranjeros" así, con ese "vienen a quitarnos el trabajo", con la variante "vienen a quitarme el pan de mis hijos" que viene a ser lo mismo, pero queda más dramático.

Entonces, algunos pensábamos (todavía lo hacemos) que aquello fue el efecto colateral, no deseado, pero desde luego que feliz en tanto que aprovechable, de una estrategia de los de siempre para controlar el dinero (negro oscuro, a ser posible) y de paso controlar a todo currito que quisiese entrar en el círculo vicioso de "si te quieres comprar una casa, zarrapatroso, tendrás que ganar más pasta de la que ganas; tendrás que currar para mí en la construcción, que es donde está el dinero; tendrás que comprar esta casa que yo te vendo; tendrás que hacerlo con una hipoteca, no te preocupes que ya la tienes negociá con güenas condiciones". Pero, en definitiva, aquello acabó siendo una guerra entre españoles y extranjeros, cuando debería haberse entendido en todo caso como mano de obra barata, frente a mano de obra muy barata; en los dos casos, salvo honrosas excepciones, era absurdo hablar de altas o bajas cualificaciones ya que eso no importaba, y si lo hacía, era para mal, para pagarte menos por no estar cualificado ya que en ningún caso valía una alta cualificación para cobrar más....

En estas que la gente empezó a creer que vivía bien trabajando 11 horas de lunes a sábado por cuatro duros (que multiplicados por 11 y por 6, acabó no siendo tan poco) y pagando unas casas y unos coches que nos vendieron como los que merecíamos y los que necesitábamos. En estas que se fue todo a la mierda y comenzamos a cobrar menos y a prestar más atención a los dispendios que hacían con nuestro dinero y (supongo que será la falta de costumbre) a quejarnos, no de que nuestros impuestos se gasten mal, sino de que éstos son demasiado altos... y más si se los siguen llevando los que le quitan el pan a mis hijos.

Ahora que ya no hay quien compre una casa o una barra de pan (cuando les de vergüenza decir que el salario mínimo interprofesional es de seiscientos y pico euros, podrían decir que es de 1000 barras de pan, que parece más), ahora que nos preocupa más que al Barça se le acabe la racha que lo corrupto que es nuestro alcalde, presidente o ministro... ahora, nos meten un estacazo que nos joden (sabiendo como saben que nadie va a mover un huevo por los derechos de los demás, ya que nos hemos tirado 15 años sin movernos ni siquiera por los derechos propios) y van a convertir la lucha españoles vs. extranjeros en una lucha trabajadores en activo vs. parados.

Al tiempo.

Bueno, hay un poco probable escenario que tal vez revertiría el tema. Si nuestros poderosos, nuestros gobiernos, los de arriba, nos tratan como lo hacen los niños con los padres, midiéndonos a ver hasta dónde nos pueden apretar y nosotros les dejamos hacer solo por no llevarnos un berrinche (quien tenga niños se dará cuenta de que este ejemplo es más válido de lo que pueda parecer; el que piense que tiene la posición dominante con sus hijos es que no pasa con ellos más de una hora al día, y digo con ellos, no en el mismo sitio) y nosotros acabamos, por fin, hasta los cojones y diciendo "hasta aquí hemos llegao", tal vez, solo tal vez, consigamos algo. Aunque solo sea poner el culo dignamente.

Desde luego, con el mío, que no cuenten.

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