Soy pesado y apasionado cuando tengo algo tan claro, máxime si está relacionado con la música y los sentimientos más profundos, valga la redundancia.
Ayer estuve en la Sala Penélope (20 leuros la entrada, 5 la caña en vaso de plástico, 9 el mini de cerveza; cabrones) viendo a la Comparsa La Serenissima, de Juan Carlos Aragón Becerra con Elena y con mi hermana Coral.
Fue algo espectacular. Yo diría que superó mis espectativas, ya altísimas de por sí.
Impresionante la orquesta con un Suso cada día más hecho y dos enormes acompañantes. Tras ellos, probablemente la mejor percusión del Carnaval.
Para muestra de esto último, un botón, un bastinazo.
Seguiré hablando de esto casi seguro porque aún estoy húmedo y estos calentones no se pasan tan rápido.
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