Hay una cosa que quiero dejar totalmente clara de antemano: como portero (como deportista, incluso), no me gusta Casillas. Hala, ahí queda eso... Me explico. Prefiero los futbolistas sobrios, especialmente los porteros, centrales y medios centros. Sí, soy más de Varane que de Sergio Ramos.
¿Por qué meto a Casillas en el saco de Ramos y no en el de Varane? Pues, entre otras cosas, porque este es mi blog y hago en él lo que me salga del nabo. Pero también hay otros muchos motivos más, digamos, objetivos. Me refiero a la seguridad de que lo va a hacer bien en circunstancias normales, que va a elegir correctamente basándose en un aprendizaje apoyado en el talento y no, como en el caso de Casillas, en un talento descomunal carente de una mínima profesionalidad. ¿Que por qué digo que no es mínimamente profesional? Otra vez lo tengo que explicar: porque me sale er coño, mira. Además, ¿habéis oído a vuestros padres hablar de la ley del mínimo esfuerzo? Pues por eso también.
Casillas es un tío con arte, ángel, talento, genio. Pero no es alguien que haya aprovechado todo eso que le venía de serie para convertirse en invencible, en alguien que cambiase la concepción del portero de fútbol, en alguien que hubiese marcado un antes y un después en lo que "debe ser" un portero "moderno". No. Se quedó en las paradas salvadoras (sí, vale, que sacó a Del Bosque en el lío que se metió solito para dar gusto al presidente que le echó poco después como a un perro; como al perro que probablemente sea), milagros de un tipo al que han llamado "EL SANTO" por derecho. Porque igual en las distancias cortas o en la intimidad del vestuario es un hijoputa, pero no cabe duda de que con sus paradas contra el Leverkusen y contra Holanda, roza la beatificación, ya con esa imagen de muchacho que toda madre querría para sus hijas (y cuya novia querrían como dote muchos de los padres de esas mismas muchachas) fue elevado a los altares por aclamación popular, como fue nombrado Papa el Camarlengo de Ángeles y Demonios. Como los que hay en esta historia.
- Florentino Pérez ha internacionalizado el Real Madrid y ha elevado el presupuesto del Club para ser competitivo con el taco incluso con los Clubes de Jeque. No diré que ha saneado las cuentas porque habría que preguntar a Hacienda y la Seguridad Social. Yo no lo haré por si se fijan en mí... Hasta aquí, todos sus logros. En lo demás, para el Real Madrid ha sido como en su vida profesional: una rata, una sanguijuela que se ha valido de todo lo que tenía vivito a su alrededor para, primero matarlo y después, alimentarse de lo que él mismo ha convertido en carroña.
- Fernando Hierro fue un central de los buenos, de los modernos, de los que eran más medio centro que defensa. Pero sus detractores (con buen criterio) le podían tildar de animal.
- Emilio Butrageño fue uno de los delanteros más talentosos del fútbol mundial, pero le faltó colmillo retorcido, le sobró comodidad como ídolo-niñato y le pudo otro ídolo-niñato mucho menos que él, pero que consiguió mucho más por la triste realidad del madridismo comepipas: corría mucho.
- Raúl González, el señalado anteriormente, era un tipo oportunista, con pinta de mosquita muerta, pero probablemente tuviese más huevos que nariz, y no andaba corto de tocha el colega. Sus números dicen más que su juego. Cualquiera podría poner a muchos futbolistas antes que a él al hacer las alineaciones pero por lo que sea, se iba crujiendo a toda estrellita que le fichasen para hacerle sombra.
- Guti, Martín Vázquez, Michel, Benzema... Muchos, muchísimos futbolistas por encima del atleta que han pasado por este Club con más pena que gloria porque el pipero por derecho nunca perdonará que hiciesen cosas que Makelele ni soñaba. Pero este corría mucho más. Y en el campo, también.
- José Antonio Camacho, el hombre que primero le dijo "no" a Florentino, para luego decirle "que noooo". Sobaca mora, Iniesta de mi vida y árbitro egipcio mediante, tal vez pudo ser el entrenador que hubiese conseguido algo grande con una buena generación que se comió los mocos después de la Sub-21.
- Luis Aragonés. No entrenó al Madrid, pero probablemente lo hubiese hecho con gusto. Le meto aquí porque merece un monumento por su nunca suficientemente reconocida vuelta de tuerca al fútbol de esta década. Mucho se habla del Barça de Guardiola, pero ese juego lo montó el señor este de Hortaleza (recuerden cómo jugaba el equipo catalán ese año de la Eurocopa de Luis; luego fue fácil aprovechar lo que inventó el de "la condición física de base", "el culo pelao" y otros grandes éxitos para meterle, encima, al mejor jugador de esta época). Este hombre le dio los galones que se encontró con Camacho (gracias al bote de colonia que casi controla Cañizares). También se cargó al sobrevalorado (insisto, no por sus números, sino por su intrascendencia en el juego) Raúl y revolucionó la Selección y todo lo demás.
- Vicente del Bosque, ese lobo con piel de cordero. Se quiso crujir a Casillas porque "le conocía de las categorías inferiores". Iker se mostró superior todavía con el baby puesto, a todos sus competidores, internacionales y tal. Pero este buen señor, se levantó un día con la película de que César era mejor (sí, como Mourinho con Adán; pero si a éste le dieron, a aquel le dejaron en paz). Menos mal que César se "esguinzó" un tobillo en la final de Champions y Casillas obró varios milagro consecutivos, en plan M80Radio.
- Mourinho. Caaaaaabrón. Y ya.
A. Santiago @soyelantonito
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