jueves, 21 de diciembre de 2017

Caminando a tu mudanza

No podía ser de otra manera...

Calzo mis cascos, calzado cómodo,
reúno ganas para salir, acudir
a ese remanso de paz en el que vive,
en una preciosa atmósfera, casi,
casi probando el sabor de ese,
el ambiente tuyo del que me hablaste
entre nuestras risas de aquel día trece,
nuestro día uno.

Y aquí me hallo (gracias,
también por esto) escuchando
una guitarra que hoy no me apetece
tocar, porque huele a tu cuello.

Aquí, donde el destino me vuelve
a traer, a la esquina donde nos dimos
el que temía último beso, Él, vuelve
juguetón a sonreír a mi costa, vuelve
a traerme un poema, esta vez
sin tu voz, esta vez, en la pleamar
de Alberti, en la de Miguel Bosé.

Lo siento, lo he oído, pero no escuchado.

No podía ser de otra forma,
todo esto, esta página que hoy pasamos
me dejó un buen sabor de boca.

No podía ser de otra forma,
tu buen sabor en mi boca.

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