sábado, 16 de diciembre de 2017

Todo encajó

Llegó en el mejor momento,
en el suyo,
entre lo que pensé que eran bromas y,
tal vez, sea lo más serio que haga
en las próximas veinte horas...
o veinte vidas.

Llegó cómo llega lo bueno,
por sorpresa,
como una estampida calmada,
como una tranquilidad de mal asiento,
entre oxímoron y poema,
entre canción y canción.

Llegó para quedarse,
pues aunque el martes no llegue,
aunque la niebla no se disipe,
aunque cualquier meteorito
de los que no se ven, arrasase la tierra,
esto, lejos de aquellas tontás comillas,
esto, esto, esto es de verdad.

Deseo que llegue mañana,
deseo que llegue Florencia,
deseo que llegue un vago domingo de cualquier noviembre.

Deseo, como mi pero, siempre en la boca,
tal vez para no gritar otras palabras.

Y, de repente... todo encajó.

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