viernes, 13 de abril de 2018

Felicidades, papa

Llegaba a casa y te veía
rodeado de partituras
tocar la que hoy es mi gutarra.

Antes, siendo más niño,
conseguí identificarte con esa
combinación de aceites, grasa, motores,
una interminable jornada laboral,
conseguí identificar ese popurrí
de aromas que hoy también son míos.

Después,
cuando mis canas comenzaban a asomar,
volviste a abrir tu nido a un pájaro
que había dejado de volar
porque se le habían roto las alas y el corazón.

Y hoy que, como sabes,
alas, corazón, pájaro, niño y hombre,
por fin conjugan el verbo amar
de la manera en la que se es justo
con ese infinitivo infinito,
vuelves a cumplir años,
vuelvo a estar orgulloso de llamarte papa
(sin tilde, como se pronuncia en casa),
vuelvo a decir "te quiero"
cuando pienso en ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario