Escribo esto inspirado ¿por el Espíritu Santo? No, por Malditos Bastardos.
El compañero Indignado (que es la misma cosa, Malditas Bellotas, Indignado y tal vez Paco, la putrísima trinidad) ha dicho hoy en el blog de Manolo Saco algo que ha hecho que me revuelva más aún. Y no es poco lo revuelto que estoy ya que padezco una gastroenteritis loca, que sólo se cura con cerveza y, como sabéis (o no) estoy a plan y no puedo.
Bueno, que la idea de MB ha sido comparar lo que hoy se vive en Españaunagrandeylibre con lo que pasaría (y pasa) si a alguien se le ocurre, por ejemplo, negar el Holocausto.
Mahmoud Ahmadinejad dice constantemente algo que hace que nos rebelemos: el Holocausto Nazi (o el Holocausto Judío, no sé cual puede ser la fórmula más correcta) no existió, es un invento de los sionistas para ser las víctimas del mundo moderno y así tener patente de corso para abusar de todo y de todos. Ciertamente, a partir de "no existió", parece que los hechos le dan la razón, pero eso, los abusos que el Estado Terrorista de Israel para con sus vecinos (y hasta sus propios ciudadanos), no hace que se borren todas las miserias del Nazismo, no hacen que pueda olvidarse que unos señores (erigidos democráticamente, no lo olvidemos) asesinaron como a animales a millones de personas sólo por ser judíos (o gitanos, o marxistas, o cualquier cosa que molestase a uno de los mayores monstruos de la historia de la ¿humanidad?).
Pues, bien, el Presidente de Irán es atacado constante y justamente por todos los medios de comunicación del mundo por negar lo evidente, pero aquí, en la justa, democrática y moderna España, tenemos que convivir con pseudohistoriadores que basan sus "trabajos" en desmentir que entre 1936 y 1977 (algunos lo alargarían hasta nuestros días; no seré yo tan osado) se cometió en España, con el beneplácito de la comunidad internacional, por cierto, un genocidio, un exterminio, no de una raza, sino de una ideología. O de muchas, de cualquiera que no fuese el Credo oficial del Régimen. De tal modo que, inútiles juntaletras como Pío Moa, está pagado por la Comunidad de Madrid para dar "clases magistrales" sobre la "verdadera historia de España", que día a día tengamos que escuchar, leer y ver a una manada de impresentables que se llaman a sí mismos periodistas, repartiendo propaganda profascista, metiendo en la misma categoría los posibles crímenes de guerra de uno de los bandos (claro, el otro no hizo nada malo; que conste que ni de coña justifico o intento justificar cualquier cosa del bando republicano) con los 40 años de placidez que siguieron al golpe de Estado del poder económico patrio a lomos del caballo de Paquito.
Vamos, que tenemos hoy que escuchar que los que reivindican la memoria de los miles de muertos que hay aún hoy enterrados en las cunetas de nuestras carreteras, son una pandilla de trasnochados, antidemocráticos y seguidores de asesinos como Stalin o Pol Pot.
Como dirían en Cádiz, cuna de la Libertad: irse a tomar por culo.
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