Una fría noche de noviembre y,
Chache me llamaron tus otros dos
Hijos, tu niña Coral y tu Javi
Atentos siempre a prestar un oido
Sin que sea necesario pedirlo.
Fue la mía una infancia rodeado de ti,
Entre tus carreras frenéticas
Liada con mil cosas, liando dos mil más,
Iluminas al mundo con tus cosas,
Con tu idioma, con el almudeno,
Idas de olla a tiempo completo
Desde siempre, hasta todo el rato,
Aliada, demasiadas veces, del problema
De la mujer española de mediana edad,
Esa queja entre el servicio, esa entregas
Sin pedir nada a cambio.
Mas, cuando quieras loquear,
Abrir ventanas, airear nuestras movidas,
Morirnos de risa por cualquier cosa...
Aquí está tu Antoñito. Te quiero, mamá.
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