jueves, 27 de agosto de 2009

Lo que me gusta de los libros, es que si tienes buena memoria, puedes citar a un escritor más listo que tú, para que te dé la razón.

"Teddy había mantenido tratos otras veces con presidentes que no serían reelegidos y éstos siempre se mostraban insoportables. Puesto que no habían de enfrentarse de nuevo con el electorado, sólo se preocupaban por su imagen. En sus últimos días se dedicaban a viajar a países lejanos acompañados por un numeroso séquito de amigos y allí celebraban cumbres con otros gobernantes tan salientes como ellos. Se preocupaban por las bibliotecas presidenciales, por sus retratos y sus biografías, de ahí que pasaran muchas horas con historiadores. A medida que transcurrían las horas, se iban volviendo cada vez más sabios y filósofos, y sus discursos adquirían un carácter más solemne. Hablaban del futuro, de los retos y de cómo deberían ser las cosas, olvidando hábilmente que ellos habían dispuesto de ocho años para llevar a cabo cuanto fuera necesario.
No había nada peor que un presidente saliente."

Esto lo he leído en el último libro que he terminado, "La Hermandad" de John Grisham.

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