martes, 25 de octubre de 2011

Falacias.

Se tiende (todos tendemos en mayor o menor medida) a dar por bueno, como planeó Goebbels, lo que se nos dice muchas veces, aún sabiendo que no es del todo (o del nada) cierto.
Podemos escuchar un millón de veces las bondades de nuestro sistema de salud que, a la mínima crisis, nos dejamos engatusar por los eslóganes publicitarios del tipo "se derrocha en sanidad", "las salas de urgencias están llenas de inmigrantes", "la sanidad privada es mejor", "no solo hay que gastar menos, sino que han de ser manos expertas y profesionales de la gestión las que decidan qué conviene y qué no", "qué mejor que un empresario para gestionar lo público", "la sanidad es un pozo sin fondo", "las becas van para los inmigrantes", "la gestión sanitaria es más efectiva y barata en países como EEUU", "la prueba de que la gestión concertada es mejor la tienes en los colegios y las clínicas: menos inmigrantes, menos lista de espera, mejores resultados".
Bien amigos, todo eso es mentira. Todo.
Si conoces a alguien que haya pasado por un hospital privado (para dar a luz, alguna cirugía ambulatoria, incluso), pregúntale sobre el aviso de que, en caso de complicación, puede acabar ¡ay, dios suyo! en un hospital público.
Lo del derroche.... este es mi tema favorito. Está tan metido dentro de nuestras cabezas que, a pesar de contar con datos irrefutables incluso del Banco Mundial, que en España se dedica DEMASIADO dinero a la educación y a la sanidad, cuando, a pesar de ser un desastre en todos los sentidos (una sanidad para muy-muy pobres, casi un servicio de caridad; y una educación destinada solo a pandilleros y analfabetos muy-muy pobres, one more time), en EEUU se invierte mucho más (en cantidad neta y en cuanto a porcentaje del PIB) que en España. Aquí, como apunte a vuela pluma, se pude comprobar la evolución de los países de nuestro entrono en los que se han cambiado en los últimos años gobiernos "socialistas" por "populares". Una vergüenza.
En este estudio de la Fundación La Caixa, se puede comprobar que, a pesar de ser de alrededor del 10% la población inmigrante (y de ser, por lo general, de lo que se suele llamar un estrato social más bajo; que son más pobres, vaya), los porcentajes de intervenciones de los servicios sociales rondan el 6% y en cuanto a asistencia a la Seguridad Social, también son números más bajos (el 6% menos que los españoles en primaria y el 16% menos en especialidades). Vamos, que van menos que "nosotros" al médico. Estadísticamente demostrado. Menos que "nosotros" y menos de lo que les corresponde por ser más "necesitados". Que, en definitiva, es MENTIRA eso de que todas las ayudas para ellos, que nos quitan las ayudas y tal.
Según este estudio, también se demuestra que en torno al 30% del crecimiento del PIB de 1990 hacia acá, es debido al asentamiento de inmigrantes. El gasto sanitario (6%) y en educación (5%) es netamente inferior al porcentaje de población total: si en el 10% se gasta el 5%, en el resto, en los españoles-pañoles decentes, limpios y poco aprovechados, se gasta el un 5% más que en "esos eStranjeros que vienen a quitarnos y tal".
Más cosas. La media de gasto en Sanidad en los países miembros de la OCDE es de el 8.8% del PIB. En España, el 8.4% (como nos indica aquí el ABC, España está a la cola en inversión en la UE a 15)  y en EEUU 15.3%. ¿De verdad estamos seguros que ese es el camino a seguir? Sí, claro, si queremos desvirtuar toda inversión pública en estos campos que son vistos por los ricos (y por los Tontos De Los Cojones) como algo superfluo e innecesario en tiempos de crisis. Consiguiendo que se quiten ahora estas coberturas (como también los derechos laborales), a ver quién tiene huevos a ponerlas en funcionamiento de nuevo "con el dinero que CUESTAN". ¿Queréis saber realmente lo que cuesta al ciudadano de a pié (esa es otra táctica cojonuda, decir que no se hablen de cifras macroeconómicas, sino de aplicación real) la sanidad en EEUU? Alrededor de 72 millones de estadounidenses han contraído deudas para pagar sus facturas sanitarias (preguntad a cualquiera -si tenéis la inmensa suerte de no tener ningún préstamo, cabrones- por las dificultades que conlleva pagar en una situación como la actual alguna letra). Lo curioso es que 61 millones de esos 72 de endeudados TENÍAN SEGURO MÉDICO.

Y, bueno, para terminar, quiero cagarme en todos los que piensen que lo mejor para gestionar lo público, es hacerlo desde un punto de vista empresarial, esto es, buscando el beneficio económico (aunque sea para las arcas del Estado).
La Sanidad y la Educación son, para mí, el fin mismo de la existencia del Estado. Si tolero la existencia de un ente ambiguo e indefinido que decide por mí (sin consultarme), que me recorta derechos adquiridos y consolidados, que tiene la desfachated de limitarme los movimientos o de considerarme sospechoso por pensar de una determinada manera.... si no me echo al monte, para resumir, es porque el sistema garantiza la cobertura sanitaria y la educación a mis hijos, ya que no puedo ni quiero pagar Sanitas para cinco y colegios privados para tres con 900 y pico euros de mierda que me paga mi empresa (a pesar de las numerosas deducciones que les REGALAN nuestros gobernantes).

Para finalizar, que ya me vale, una advertencia que se pudo ver en algunas de las manis del 15-O:
Que no nos toquen los huevos, que sabemos quienes son y dónde viven.
Coño ya.

domingo, 23 de octubre de 2011

ROCÍO, la mordaza que no cesa.

 
Hace unos días moría en su exilio portugués (voluntario pero no por ello menos real y justificado) el cineasta andaluz Fernando Ruiz Vergara. Su carrera profesional nunca pudimos llegar a verla consolidada porque fue truncada prematuramente por la acción directa de los herederos directos del franquismo y la omitiva de los guardianes actuales de sus símbolos: los gobernantes psoeístas. Pero lo poco que consolidó se alza como un testigo de que la tan cacareada libertad que aventó la Transición, Transacción realmente, es un producto meramente de marketing político.

Sólo pudo rodar en su vida un documental, ROCÍO (ahí podéis verlo), que tiene el honor de ser la única película española que permanece en estado de censura en la actualidad. De ahí que el exilio de su autor hubiera estado siempre plenamente justificado. Realmente compartir espacio con los responsables del mantenimiento de esa ignominia debía ser altamente contaminante moralmente.

Las vicisitudes de la quema en la hoguera de aquella obra y la parafernalia judicial que la envolvió la encontrará el lector curioso minuciosamente desgranado en ESTE ENLACE. Lo que allí se mostraba era excesivo (sigue siéndolo) para las poderosas fuerzas que controlaban y controlan aún los mecanismos de poder en Andalucía.

El documental hace un recorrido por la historia del culto mariano en la Península Ibérica, para centrarse finalmente en la de uno en concreto localizado en un lugar estratégico del sur, un vértice en el que confluyen varios territorios caracterizados por un reparto de la tierra basado en la posesión de la misma por un puñado de aristócratas, ganaderos y agricultores fundamentalmente, pero también y posteriormente bodegueros, y una gran masa de asalariados en estado semifeudal que se localiza en grandes núcleos de población. Es la alianza entre la Iglesia Católica que se compromete a mantener en permanente estado de infantilidad mental a los campesinos y esa aristocracia que necesita un portal donde mostrar su poder. Ambas cosas cristalizan en el culto a una imagen que fanatiza a las masas incultas y sirve de escaparate anual al señoritío. Los símbolos de ese culto son sumamente precisos en su denotación intencional. El señorito, el aristócrata va a caballo y lleva a su familia en lujosas carretas atendidas perfectamente por una nube de sirvientes. La masa desposeída que vive cerca puede acercarse a sentir la fascinante teatralización del poder y el trampantojo de que comparte algo con los amos que la explota: una madre protectora.

Yo ya he dicho en varias ocasiones que las fiestas andaluzas actuales, romerías y ferias, responden a la ritualización cíclica de profundos estados de desigualdad social, los propios por otra parte de su estructura íntima. Por ejemplo el traje típico homologado ya en toda el territorio andaluz consiste para los hombres en el vestido de diario de los señoritos-caciques explotadores cortijeros y para las mujeres en el de domingo de las mujeres del campo, de las jornaleras. Si eso no tiene un significado clarísimo que venga San Freud y lo vea. Las ferias, muy recientes además todas ellas no son más que las fiestas que la aristocracia ganadera se montaba alrededor de sus negocios de compra-venta.

Fernando Santiago lo decía muy claro en un certero artículo:
El hecho de que el Rocío es un asunto de derechas lo demuestra que en 2007 el documental Rocío, de Fernando Ruiz Vergara, sigue siendo semiclandestino. Cuando se estrenó, en 1980, fue una brisa fresca en el audiovisual español. Un grupo de gente que no tenía miedo de los poderosos ni de los mitos y se atrevía a llamar a las cosas por su nombre. Fue un documental extraordinario, donde se explicaban las relaciones de las hermandades, sobre todo de la hermandad matriz de Almonte, con el golpe de estado del 18 de julio de 1936 y con el fusilamiento de líderes políticos de los partidos fieles a la república. También contaba el documental la manera en que recaudan dinero las hermandades y el entramado económico que es la romería del Rocío. Con todo lujo de detalles, incluido algún plano metafórico del señorito a caballo que avasalla a un currito a pié. Aquello fue demasiado para una sociedad donde la democracia estaba en pañales. El documental fue censurado por orden judicial, se le mutiló una escena y se ha hecho el silencio sobre su contenido. El autor fue condenado a dos años de cárcel y a una multa de 10 millones de pesetas de las de entonces. Eso es el Rocío, que no se llamen a engaño los partidos de la izquierda.
Eso está escrito en 2007. En 2011 la cosa no ha cambiado.

Para mí lo más entrañable de la película es que supuso el primer intento de denuncia directa de los crímenes del franquismo, el primer intento de formulación de una Memoria Histórica de las víctimas y una denuncia clara, con nombres y apellidos de los victimarios. En uno de los momentos más valiosos se pone rostro y nombre por primera vez a cada uno de los cien asesinados durante la guerra en Almonte en una letanía que da cuenta de aquel primer y fulminante año de aniquilamiento. Rocío se convierte así en documento y fuente al mismo tiempo, y en la película pionera de la recuperación de la memoria histórica en Andalucía, doblemente valiente por alzarse tras cuarenta años de silencio forzoso. Los nombres de los asesinos, uno de ellos fundador de la Hermandad del Rocío de Jerez, al que un vecino acusó en la película de matar a palos desde su caballo a varios jornaleros tras el golpe nacionalcatólico, fue el detonante del proceso judicial que sufrió la película y que demostró que la justicia estaba (y está) al servicio de los de siempre, como ha vueto a ser recientemente puesto en claro con el caso del juez Garzón.

El problema de la memoria en este país es siempre el mismo: la aberración de considerar un régimen como el franquista, simplemente como el régimen anterior sin más, normal, un poco autoritario, pero perfectamente respetable. En Alemania del Este y del Oeste, en los países del Este europeo, en Argentina, en Chile, en Uruguay, en Haití, en Guatemala, en Perú, en Paraguay y en África, en Sierra Leona, en Sudáfrica. Incluso en el mismísimo Marruecos. En todos ellos hubo y hay esfuerzos reales de los estados y sus sociedades por conocer la verdad oficial, proporcionar reparación y reconocimiento a las víctimas, e incluso algunos de los responsables de las atrocidades conocen las salas y los banquillos de justicia. Lo dice Esteban Beltrán en su imprescindible Los derechos torcidos (Ed. Debate. Barcelona, 2009). En España en cambio, las víctimas, los herederos del dolor, tienen que soportar aún que los verdugos genocidas sigan siendo ensalzados tranquilamente y considerados políticos o personas normales libres de culpa en los libros de texto escolares o en los de divulgación histórica y el régimen surgido de un genocidio, equivalente moral y políticamente al nazi alemán o al fascista italiano, basado en la tortura, la brutal represión de las libertades, como una tranquila etapa de la historia de España. Algunos de sus cómplices siguen vivos y aún en la política activa. Y si alguien se atreve a poner en duda esa verdad oficial que se vaya guardando de las iras de la justicia.

De aquellos barros los lodos actuales. Los miembros de un partido supuestamente heredero de la legitimidad republicana, pero que no han tenido nunca ningún empacho de besar el culo de una monarquía epígona del franquismo, descubren milagrosamente tras su acceso al poder político que los poderes verdaderos, el social y el económico, están en otra parte y que hay que respetarlos si se quieren mantener en las poltronas recién adquiridas por las urnas. Y que el caudal simbólico de la tradición aristocrática cortijera, explotado hasta el asco por el profundo proceso de aculturación en que se empleó el franquismo, no sólo no debía tocarse, acompañando a la intangibilidad de las propias estructuras socioeconómicas, sino que había que aprovecharlo y rescatarlo, repropiándose de su potencial alienante en beneficio propio, previa conversión fraudulenta en seña de identidad de lo andaluz.

A ello se suma el revival del alvarezquinterismo más lamentable, de la ingobernable extensión de la metástasis cofrade, de la estomagante ubicuidad del sevillanismo músico-gracioso. A falta de idiosincrasias más estupendas han convertido la caspa folclorizoide en nuestro inmutable hecho diferencial. Y Canal Sur es su profeta, la mayor y más diabólica máquina de cretinización masiva que ningún gobierno español soñara nunca. Ni los vascos ni los catalanes han conseguido extender tan efectivamente los topicazos más infumables de sus respectivas supuestas culturas autóctonas entre la inerme población elevando a la categoría de hecho diferencial la caspa de raíz rociera, el señoritismo, el cofradierismo, el nazionalfolklorismo coplero, la chismografía rosácea, la testosterona taurina.

La reciente entronización oficial (plaza, medalla de oro y estatua) de una parásita duquesona terrateniente y explotadora como heroína popular por parte del socialcretinismo andaluz sólo es uno de los adoquines con que han ido afirmando el camino hacia la conversión de esta sufrida tierra en Kretinistán, el paraíso de súbditos sumisos y azombizados perfectamente preparados para ser saqueados definitivamente por los herederos del genuino franquismo señoritil que en breve nos gobernará. Pero esta vez, ya más evolucionados, lo harán en nombre de instancias sobrenaturales que tienen sus hermandades matrices en Paraísos Fiscales de nombre impronunciable para los pobres jornaleros de la duquesa, que en el fondo somos los andaluces. AMÉN.

sábado, 22 de octubre de 2011

Comentario de Al Mayurka en relación con el asesinato y las vejaciones a Gadafi. Publicado en enclavedesol.

http://www.enclavedesol.net
"De Gadafi ya he dicho lo que pensaba en otros comentarios y no me repetiré, pero ahora quiero referirme a un hecho colateral (y nunca mejor dicho a la manera eufemística de los señores de la guerra) como es la muerte como espectáculo morboso, denigrante y deleznable. Creo que el tratamiento “gráfico” dado por prensa y tv del linchamiento sufrido por Gadafi es de ese tipo y me repelería incluso si el personaje fuera Franco… fijaos qué os digo. Aunque muchas veces pudiera haber acariciado la idea de una muerte humillante del Genocida Asesino (tipo Mussolini) e incluso la haya comentado infinidad de veces con pasión, no sé si es la edad o que cada vez me repugna más el abuso violento sobre alguien indefenso, así sea un tirano, pero cada vez soporto peor la visión de la muerte vil de la víctima y envilecedora a quien la ejecuta.

Por eso me asquea el tratamiento hipócrita dado a las víctimas de ETA (que pareciera que no hubo, cuando la Dictadura, torturadores y asesinos con uniforme de almirante, ahora hermanados en esa procesión de espantos con tanto inocente sacrificado cobardemente en nombre de una patria irredenta) mientras siguen olvidados en cunetas decenas de millares de víctimas del fascismo…

Pero yo quería hablar del uso y abuso de la muerte ajena en los medios de comunicación. Porque, además de las estampas sangrientas de Gadafi, también me ha repugnado la delectación con que se nos ha repetido desde ayer las escenas de los atentados etarras, que casi parecía que esperan que llegue a rebosar la sangre y el vómito fuera de las pantallas, fuera de las hojas de papel… En este macabro festival de la sangre, la cultura de la muerte se da la mano con la banalización de la muerte. Las vísceras reventadas en videojuegos y películas de ficción se confunden con las reales producidas por un bombardeo dirigido por rayos láser, una bomba lapa bajo el asiento de un coche o un tiroteo indiscriminado en cualquier instituto o calle del mundo. Ya reina en todos los espacios aquel lema gritado sin piedad por Millán Astray, el militar demediado, ¡viva la muerte! Y así nos irá, si no le ponemos remedio".

jueves, 20 de octubre de 2011

¿Cá pasao?

"¿Cá pasao?". Así empezaban a veces las noticias en Gomaespuma.

Pues eso, voy a contar qué pasó ayer. No lo más importante, ni siquiera lo más jugoso, sino un par de pinceladas de lo que me ha llamado la atención por revelador, por confirmador o, simplemente, por curioso.

Revista de prensaonlain.

Para empezar, traigo aquí un enlace en el que se demuestra que el toro no solo le destrozó el ojo al diestro (seguro) J. J. Padilla, sino que también le hizo polvo el "celebro".
Dice el gachó que no le guarda rencor al toro. Que sepa usté, don torero, que el toro tampoco se lo guarda a usted. Es lo que tienen los animales irracionales (toros, toreros, ladillas...), que parecen de ese tipo de sentimientos. 
Tal vez lo que sienta el bicho de los cuernos al ver al otro sea miedo por el dolor que le produjo enfentarse a él. En este caso, imagino que también serán esos los sentimientos del toro.


En esta noticia del diario Público, se puede leer al historiador británico Michael Burleigh cuando analiza la moral en combate (toma oxímoron) durante la II Guerra Mundial que "Hitler, Mussolini y Franco son de la misma familia".
Cabría preguntarse si se refiere a la familia Ratzinger. O a la Borbón.
Probablemente sea algo más generico. Creo que dice que son primos segundos de los mercados.

Para finalizar, traigo una reflexión fallida. Ayer entendí de pasada al escuchar la Cadena SER que Basagoiti acusaba al Lehendakari López (joder, cada vez que escribo "Lehendakari", me acuerdo de "El Vaquilla" y del personaje de "El Lehenda"; aquel se escribía más fácil) de no haber puesto la suficiente carne en el asador al estar en EEUU mientras se celebraba la conferencia de paz en el País Vasco (que también, manda cojones), a lo que éste contestaba que los socialistas (ejem) vascos siempre se habían achicharrado buscando el fin del terrorismo.
Fueraparte (que diría el hijo de perra de Luis Senovilla Velasco, Deán de la Catedral de Getafe, fascista y rencoroso hijo de una hiena y también sacerdote) de lo poco acertada imagen propuesta por el Lehenda, especialmente si quienes escuchan eso son familiares de algunos de los muchos miembros del PSE achicharrados por las bombas de esos cobardes, la respuesta me gustó. 
Y lo que más me gustó fue que un miembro del PP rectificase tan solo unas horas después, pidiendo disculpas a López y avergonzándose de sí mismo al haberse expresado así, reafirmándose en que su partido busca la paz en Euskadi y todo eso....
¿Por qué me gustó? Bueno, no soy tan cabrón como parezco al buscar la humillación de un pepero (bueno, sí lo soy). Lo que me puso fue lo que significaba ese gesto. Veía algo así... López llamando a Basagoiti diciéndole "pero qué haces, payaso, que en unas horas ETA va a comunicar su disolución y entrega de armas incondicional y tú, que medio formas Gobierno conmigo, te vas a quedar fuera de la foto, imbécil". Y de ahí (siempre en la película que me he montao) mi alegría por la inaudita rectificación de un miembro del PP (inaudita especialmente al tratarse de una burrada dicha en torno al terrorismo)
Entonces ¿dónde está el problema? ¿Por qué hablo de "reflexión fallida", si me ha quedao natural y tal? Pues que no fué Basagoiti del PP, sino Eguiguren del PSE, como se puede ver aquí, también en Público.

Ahora, ya no entiendo nada.

Buenas gracias y muchos días.

lunes, 17 de octubre de 2011

¿Cual será mi sitio en un lugar que no existe?

Andaba (porque andubía queda fatal) reflexionando sobre el cielo y el infierno, pensando chistes fáciles, eligiendo destino, hasta que me he topado con una realidad: el cielo no existe; el infierno, sí.

Cientos de millones de personas (albañiles, ministros, empresarios, profesores, tal vez algún clérigo) viven constantemente angustiados con la posibilidad de que alguno de sus actos o de sus pensamientos acaben con sus huesos en el fuego eterno hasta el punto de olvidarse de ser felices.

Esa historia del cielo (y las vírgenes, ríos de agua fresca, infinita felicidad, vino, orgías o paz eterna, según convenga a cada religión) no es más que un cuento para niños, una falsa e imposible recompensa del tipo "Enriquito, hijo, si te portas bien, tendrás una recompensa". ¡Hostias, cuando eso no funciona se amenaza con castigar al chico!

Y en esas estamos. Cada manipulador que crea una religión, tiene que seguir unos pasos obligatorios, como si de abrir una franquicia se tratase. A saber:
  • Inventarse a un ser temible.
  • Dotarlo de superpoderes.
  • Hacer creer que es invisible o, al menos, solo al alcance de algunos elegidos.
  • Convencer al personal de que ese ser te ha nombrado manager.
  • Por supuesto, dotar al ser (y al representante) de una infalibilidad divina de la muerte.
Una vez conseguido todo esto, que es más fácil cuando tienes un rebaño deseoso de que le expliquen cosas difíciles de la manera más fácil posible: "hijo mío (hay que hablar paternalmente; también existe la posibilidad de hablar con aires de superioridad, aunque esas religiones pegaban más cuando la gente sabía que era inferior -véase que hablo de que la gente se sabía inferior y no de que era inferior-), eso pasa porque FLGKJSDFOIFGSL (póngase aquí el nombre -en mayúsculas, por supuesto- que se haya elegido para el dios de esta nueva religión) ha querido". Una vez conseguido esto, decía, solo queda un requisito imprescindible: el castigazo.

El castigazo es la amenaza con la que todo mal guía empieza sus alocuciones, el aviso de condena eterna si no me hacéis caso.

Por lo tanto, si no queréis acabar como yo (iré irremediablemente a un infierno ya que no me trago ningún infierno de los que me pintan, me crearé uno propio en el que solo se escuche Camela y se lea La Razón; no me jodáis con Telecinco, que me hago cura con tal de no ir a ese sitio), haced lo que yo os diga....


domingo, 16 de octubre de 2011

Mañana no me busquéis por aquí


Mañana no me busquéis por aquí

13 oct 2011
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Quiero comunicaros que esta es la última vez que os escribo. Mañana no busquéis mi columna en Público, ni en la edición de papel, ni en la de la web, porque ya no estaré entre vosotros.

(Inciso: ahora es cuando los amigos se acojonan porque piensan que estoy anunciando mi suicidio; ahora es cuando mis enemigos se precipitan a poner a refrescar la botella de champán)

La razón de mi futura ausencia es el ERE que este periódico se ha visto en la necesidad de poner en práctica, para abaratar costes ante el descenso de la factura publicitaria. No hay ninguna otra razón, así que espero que no os engolféis en buscar teorías conspiratorias.

Desde aquí quiero dar las gracias al periódico que pacientemente alojó mi blog durante cuatro años generosos, y al que deseo larga vida en la travesía de la crisis. Y a vosotros, los que os disteis en llamar sáquidas, más todos los que a diario entrasteis y salisteis sin hacer ruido, mi más sincero agradecimiento por haber colaborado a mantener abierto el lugar de encuentro que ha sido este foro y haberlo enriquecido con toneladas de inteligencia.

A todos los que con mi, a veces, torpe actitud y falta de mano izquierda haya podido molestar, os ofrezco mis disculpas. A los trolls y fachas en general no les ofrezco ni mi rencor. Como no soy cristiano, no les deseo grandes males: tan sólo que el champán con el que van a brindar por mi marcha esté picado, oxidado y sin gas. Ya veis, soy malo hasta para ser malo.

Perdonad que no me explaye más. Hoy no es mi mejor día, precisamente. He recibido de vosotros bastante más de lo que yo os he podido dar y no encontraría palabras suficientes para agradeceros vuestra amistad.

Un abrazo, y hasta siempre, compañeros.