martes, 6 de septiembre de 2011

Perdonen las disculpas. Desorden compulsivo de la información/opinión del antoñito. Cambio.

Bueno, se acercan las elecciones (o, al menos, eso parece al ver lo que dicen los portavoces de los distintos candidatos; eso sí, los propios candidatos desmienten con sus paseos de la mano eso de la cercanía de los comicios) y tenemos a Rubalcaba y a Rajoy que parecen novios de Zapatero.
Zapatero es un Presidente amortizado, no solo dimitido, sino en retirada; es alguien que se había forjado una imagen de Bambi, de buen tío, de rojete, de Don Quijote. Tal vez lo de Don Quijote sobre, porque parece que si bien el Ingenioso Hidalgo creía en majaderías basadas en una ética de otra época, ZP nos ha hecho creer que esperaba utopías, cuando lo que realmente esperaba era que creyésemos en él. 
Al final, por desgracia, tampoco se diferencia tanto de Aznar (o de González). Debe de ser eso que llaman la erótica del poder, aunque los Mercados (en mayúscula porque es un nombre propio, como El Capital) hayan demostrado que la cuota de poder (y por tanto de erótica) que le prestan (al 6% TAE) a los Estados, a penas da para una pajilla.
Lo del 6% es curioso. El compañero Asmodeo (del blog de Manolo Saco) me ha enviado un vídeo de la participación en 59" de Alberto Garzón, de ATTAC, en el que señalaba una desvergüenza de un tamaño tal que, si hubiese algo de dignidad en la sociedad, si ésta no estuviese tan embebida de "todos son iguales", princesas del pueblo y de, en resumen, como diría mi amigo Malditos Bastardos, pensamiento TINA ("There Is No Alternative"), sacaría a la calle a todos y a todas los y las (qué cansao es esto de hablar de forma políticamente correcta; igual no hablo políticamente correcto hasta que políticos no se comporten correctamente los políticos) trabajadores y trabajadoras de Europa, con algo en la mano. Tal vez una pancarta, tal vez una guillotina.
En fin, lo que nos decía este economista era que, mientras los estados rescataban a los bancos, prestándoles (en la práctica, regalándoles; ahora veréis) el dinero al 1%, éstos, los bancos, prestan el dinero para los rescates al 4 ó al 6%. Vamos que esta sería la cadena de sucesos cronológicamente ordenados:
  1. Los bancos (La Banca, Los Mercados, El Capital....) cometen tropelías como crear unos productos financieros, llamados algo así como CDS's, que aseguraban sus inversiones más arriesgadas (que, a su vez, son las que más beneficios les dan), y que acabaron convirtiéndose en sus productos estrella ya que les convenía que una inversión se fuese al carajo para poder cobrar su propio seguro; también conceden hipotecas avaladas por una yonkilata de cerveza de 1/2 litro del LIDL. Utilizan esto último contra nosotros para decirnos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.
  2. El sistema financiero se hunde y, con el pretexto (probablemente real, pero fue un pretexto, no un motivo) de que, de hundirse éste, nos ahogamos todos, rescatan a todas esas empresas privadas llamadas bancos con nuestro dinero, prestándoles, como decía, ese dinero recaudado de nuestros impuestos al 1%.
  3. Los rescatados atacan a las primas de riesgo (que no son las hijas de los hermanos de su padre portadoras del VIH a las que les gusta joder sin condón, sino el nivel de peligrosidad que tiene comprar deuda de esos países) que ellos mismos valoran, hasta el punto de que llevan a la bancarrota a unos cuantos países (las "rojazas" Grecia y Portugal, y, ¡oh, sorpresa! la "ejemplar" liberal Irlanda), teniendo que ser rescatados. Para el rescate, el dinero que se presta, los países (que, recordemos, son rescatados porque no pueden pagar sus deudas) tiene que devolverlo al 4%. Aquí, dos cosas: el otro día escuché que España paga algo así como 10.000 millones de pesetas al día de intereses por esto de la venta de deuda al estar nuestra prima de riesgo tan alta; los países que colaboraron a rescatar a la banca al 1% son rescatados al 4%, cría cuervos y te sacarán los ojos.
¿Qué queréis que os diga? En muchas ocasiones, he dejado entrever que he pasado de simpatizar con el P$0€ a ver como la "oferta más atractiva" las ideas libertarias (en especial, me atraen los escritos de Chomsky), pero aún no he llegado al punto en el que tenga tomada la decisión irrevocable de no votar NUNCA. Lo que sí tengo claro es que jamás (espero que así sea; en el caso de que traicione este compromiso, sois muy libres de restregármelo para el hocico, o de obligarme a una rectificación pública) votaré a los de la gaviota, a los de la rosa, a CIU, al PNV o a CC. Jamás votaré a quienes tanto daño han hecho a la clase obrera. Jamás tendrá mi simpatía un candidato que haya mirado para otro lado solo por mantener intactas sus posibilidades de trepar dentro de la nada democrática estructura de su partido. Jamás respetaré a quienes, teniendo suficiente información como para crearse una opinión propia (seguidores de Sálvame, DEC y de La Noria, tranquilos, no habéis perdido mi respeto; jamás os he respetado), dejan que otros piensen por ellos.
Jamás, en definitiva, respetaré más a quienes creen en el sistema que a quienes se oponen a él.

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