viernes, 3 de julio de 2009

Carta abierta a Mercedes, en el blog de Manolo Saco

Las cosas como las veo (que no necesariamente como son).

Creo que a veces, por ser rebuscao, lío demasiado las cosas. Con lo de que “tienes los mismos prejuicios que ellos, pero al revés”, hablo no sólo de tí, sino que hablo de los rosados (Celemín q. e. p. d. dixit), que tenemos las mismas reticencias para los que son de ijquierdas-ijquierdas, que las que ellos tienen para los que llaman del P_ _E.
Debería explicarme mejor. A lo que me refiero, sobre todo, es a que lleva más razón que ninguno, el más colgao a priori, Malatesta. Él dice que es necesaria la unión entre las gentes de izquierdas (sea lo que sea eso) y yo estoy de acuerdo. El enemigo es otro. Y he dicho el enemigo deliberadamente, podría haber dicho el rival, pero no rivalizo con ellos para nada. Son los enemigos de los que tenemos ansias de libertad, ganas de ser felices, ya sea a través de pasar las máquinas a saco, ya sea mediante cambios tranquilos. Nosotros estamos aquí, y ellos enfrentados a lo que significan, no sólo nuestras ideas (en toda su amplitud), sino que están directamente en contra de nuestra existencia. Seguramente para nosotros crearon lo de “muerto el perro, se acabó la rabia”, cuando lo cierto, es que los únicos perros, son los que no quieren trabajar, a cambio de que nosotros muramos en sus tajos; lo único cierto es que la única rabia, es la que gobierna todos sus actos.

Ni marxismo, ni socialismo, ni carajos. La verdad por delante; ellos caerán si esa es nuestra razón.

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