martes, 19 de octubre de 2010

29 de Septiembre ¿Tú fuiste?

Desde luego, no queremos aprovechar estas líneas para actuar de jueces de todos los trabajadores que no acudieron a la Huelga General, porque muchos de ellos, muchos de vosotros, vieron coartados sus derechos con amenazas veladas (en ocasiones no veladas, sino que bien explícitas) de represalias e incluso de despidos. 
El problema no está en el que, queriendo unirse a sus compañeros (aquí, cuando hablamos de “compañeros”, no hablamos de sindicalistas ni sindicatos, sino de trabajadores, que de eso se trataba) no han podido hacerlo, sino de los que siendo trabajadores, sabiéndose agredidos, conociendo el alcance de esta Reforma Laboral (sumándola a las “Medidas Urgentes” del Gobierno, a la bajada del salario de los trabajadores públicos, a la congelación de las pensiones y, para rematar, la más que previsible subida de la edad de jubilación), han preferido buscar pretextos: “los sindicatos están vendidos”, “había que haberla convocado antes”, “la huelga hay que hacérsela al Gobierno, no a los pobres empresarios” y tantas otras escusas de mal pagador.
Por supuesto que habrá trabajadores que no puedan perder el salario de un solo día, pero ¿todos los que decidieron acudir al trabajo lo hicieron porque no podían cobrar ese mes 45€ menos? Aún siendo así en todos los casos, la desunión de la clase trabajadora puede repercutir en recortes mayores de 45€ en un mes. Mayores incluso de 45€ en todos los meses. 
Debería ser suficiente sólo con recordar que si mañana mismo despidiesen a alguien acogiéndose a la nueva Ley, la indemnización sería menos de la mitad que la que hubiese recibido hace unos meses y, además, parte de la misma se la estaríamos pagando todos, incluso el propio despedido, con nuestros impuestos y no la empresa que decidiera despedirle. 
Aún así, aún habiendo menos trabajadores y trabajadoras secundando la huelga de los que serían deseables (sólo habría que conformarse con un 100%), no se debe considerar esta movilización como un fracaso, ni mucho menos. Sólo hay que ver la dureza con la que se ha tratado desde los medios de comunicación de extrema derecha y de extremo centro (sé que suena raro, pero dicen que son de centro ¡ja!) a todos los trabajadores que decidimos libremente dejar de trabajar ese día 29 de Septiembre. Ya sabes, lo de siempre, “los liberados no respetan el derecho a trabajar”. Los liberados, no lo eran tanto, al menos en esta Sección Sindical que, como ya apuntamos en el anterior “El Palé”, enviamos una comunicación a la empresa (puedes consultarla en nuestro blog http://elpaledigital.blogspot.com/2010/09/carta-remitida-por-la-presidenta-del.html) en la que decimos que ninguno de los Delegados de la red de tiendas y del almacén de Pinto no recibirían horas sindicales para ese día. En cuanto a lo de “el derecho a trabajar”, habría que preguntarles a nuestros señores jefes, a la clase empresarial y a la clase política española si los más de cuatro millones de parados no lo tienen o, si lo tienen, porqué ha de ser con menos derechos que los que actualmente tenemos un empleo. Efectivamente, habría algún trabajador que quisiese ir a trabajar el día de la huelga y no pudiese hacerlo por el transporte público, pero debería saber que no se pactaron servicios mínimos porque Doña Esperrancia Aguirre y Don Alberto Ruíz Socavón prefirieron un escenario de enfrentamiento que otro de entendimiento, como tuvimos en cambio con el Ministerio de Fomento. 
En cualquier caso, esta discusión sobre el derecho al trabajo es absurda puesto que, los que por los motivos que fuesen no pudieron ir a trabajar ESE DÍA, justificándolo debidamente lo cobrarían del mismo modo que si fuesen al médico. 
Sin embargo, los que queremos defender nuestros derechos y los de nuestros compañeros (los de todos, incluso los de los que no se defienden ni a ellos mismos), sólo teníamos derecho a la Huelga el 29 de Septiembre. 
Por eso, yo fui ¿y tú?

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