lunes, 4 de octubre de 2010

Eso, es como un toro.

El PP pedirá en el Senado la protección cultural del toreo 

Uno de los argumentos que utilizará García-Escudero es su carácter "etnográfico". 

 
Joder. Decir en la misma frase "Jesulín" y "cultura", es como decir "antoñito" y "escultural" en el mismo párrafo.
Podríamos estar discutiendo sobre si es necesario proteger a los animales en peligro de extinción, a los estudiantes en peligro de privatización, a los pacientes en peligro de momificación o a los ciudadanos en peligro de radiación. Pero no. Es mejor ostentar la bandera del toro de Osborne, la bandera de la zafiedad y la barbarie.
Ahora, cualquiera me puede sacar un estudio de alguna Universidad (privada, supongo) en la que un veterinario desconocido hace un estudio filosófico sobre la falta de sufrimiento del toro, argumentando esta estupidez de un modo tan peregrino como puede ser que el sufrimiento es exclusivo del ser humano. También ahora, podría yo sacar un estudio emitido por un trabajador del LIDL valorando la humanidad de los que piensan que no es una barbaridad basar una presunta fiesta en la tortura de un ser vivo, llegando éstas (la tortura y la fiesta) a su máxima expresión en esos segundos que siguen a los gritos desgarradores del animal (me refiero al toro).
En definitiva, "la cultura del toro" es un oxímoron sólo comparable a lo del movimiento cuando se hablaba de la dictadura fascista de Franco.
 
Por otro lado, pero en realidad por el mismo, Tomás Gómez Franco (valga la redundancia) ganó anoche por 500 votos a Trinidad Jiménez. No necesito preguntarme mucho sobre la postura que tomará frente a los toros o la SICARIA (Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, International Agency), ya que he visto en directo cuales fueron sus primeras decisiones en cuanto a las Fiestas de Parla.  
En el municipio del sur madrileño, tenían como un orgullo que las fiestas grandes del pueblo fuesen las del agua, que conmemoraban la lucha ciudadana para lograr la llegada del agua corriente al pueblo (sí, en una ocasión fue un pueblo, a pesar de la vista de las torres y los chalets que hoy rodean Parla), y no las de la Virgen (porque ellos lo dicen) de la Soledad (hombre, lo de estar sola siendo virgen es más congruente que lo de subirse a un Pilar). Pues bien, nombró a la tal Soledad Alcaldesa Perpetua de Parla y le faltó la mantilla al inaugurar la plaza de toros que construyo (parécese) con sus propias manos.
También: aplaudió la desaparición de algunos impuestos como el de sucesiones por parte de Doña Esperrancia; se quejaba del dedazo de Zapatero a Trini, cuando el propio ZP le limpió el camino hacia la Secretaría General del PSM; hizo creer a todo el mundo que Zapatero quería apartarle de las candidatura a la Comunidad de Madrid, cuando intentó imponer al Presidente del Gobierno una lista única encabezada por él y con Trini de número dos y fue el propio Zapatero el que ofreció a los militantes la oportunidad de decidir; frente al modelo de crecimiento made in ladrillo, ofrece un modelo de crecimiento made in pladur, que es igual de dañino y además de peor calidad.
Eso sí, en el haber podríamos ponerle que casi siempre para él, la moneda cae de cara. De momento.

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