miércoles, 20 de junio de 2018

Felices 14, Sheila

No estuve allí, dando la mano a tu madre
mientras sufría la alegría de tenerte.

No estaba cuando diste tu primer paso,
ni cuando te caíste por vez primera.

Me perdí tu primera lágrima,
la primera sonrisa, las noches en vela,
los primeros cumpleaños,
las primeras canciones.

Nunca me llamarás papá,
nunca pretenderé tal cosa,
pero eres la niña que alegra
un hogar que lo es menos cuando faltas.

No, no estuve allí, no estuve entonces...
Pero siento que eres un regalo
que la vida ha puesto en mi camino.

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