miércoles, 20 de diciembre de 2017

Anduve perdido

Anduve perdido por caminos pedregosos,
yo, que siempre fui quien se orientó,
vagaba por lares inhóspitos
en busca de algo que no ha de buscarse.

Deduje, después de algún tiempo,
de lágrimas y gritos, que algo estaba mal,
que el amor, igual que el éxito,
no es algo para lo que sea necesario sufrir,
que un objetivo tan bello,
no debe llevar el peaje del dolor.

Entonces, cuando me curé,
cuando las heridas que creí necesarias
y merecidas, estaban ya sanadas,
conocí un nuevo vehículo para mi sentir,
un medio por el que por fin,
fondo y forma viven en comunión,
dándome lo que quiero,
sin necesidad de buscarlo.

Un medio con el que lograr mi fin,
una forma de escribir mi alma
con tinta de corazón.
Un medio, tus letras,
que llevan ¡al fin! a amar.

Yo, exigente para siempre con el amor,
alguien que no negocia emociones,
alguien que pensaba que sabía lo que quería,
reconozco humildemente mi error,
pues no quiero que me completes,
pues nací entero,
no quiero que me cures
de heridas que no me hiciste,
no quiero consuelo,
pues lo encuentro en tus labios,
no quiero buscar, pues ya te he encontrado,
porque, al final, amor,
lo único que quiero es
perderme en esa salvaje selva,
en la mar esmeralda de tus ojos.

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