viernes, 22 de mayo de 2015

Opinión: La madurez de Lewis Hamilton

En nuestro país, tendemos a alinearnos contra algo o, mejor aún, en contra de alguien. Y eseenemigo en Fórmula 1 ha idoCAMBIANDO de rostro y nombre, tanto como cambiaba el rival que podía hacer sombra al héroe patrio (héroe para unos y villano para otros, que esto también da para un debate... o para unREFERÉNDUM).

Fuente: GettyImages

Primero, el más grande de cuantos rivales ha tenido cualquiera que pretendiese ganar una carrera en los últimos 20 años: Michael Schumacher. Ese "malvado" alemán que ganaba mundiales de Fórmula 1 en serie, al que se le ha intentado quitar mérito alabando a sus coches y menospreciando a quienes eran sus compañeros. Además, la gran cantidad de situaciones en las que el siete veces campeón jugó sucio (recordemos que incluso un año le quitaron todos los puntos por echar de la pista a Jacques Villeneuve al único rival que podía hacerle perder el campeonato), le hace un rival fácilmente convertible en ese duro enemigo que quiso destrozar la pole de Fernando Alonsoaparcando en la última curva de Mónaco.

Tras los años de hegemonía de La Scuderia, y habiendo encontrado enemigos dispares como Ralf Schumacher, hermano del Kaiser y que "cada vez que podía" le echaba a perder el fin de semana al asturiano (nunca sabremos si de forma torpe o intencionada), nos encontramos con un finlandés llamado Kimi Räikkönen, un piloto quePUEDE ser definido con una sola palabra: rápido. Pero como la simplicidad no va con nuestro carácter, pues se le acusó de inconsciente (en clara contradicción con el sobrenombre de IceMan) cuando se dejó arrebatar el que hubiese sido su primer mundial de pilotos porque no supo contemporizar, porque necesitaba reafirmarse como el mejor carrera tras carrera, vuelta tras vuelta, porque no le valía "sólo" con ganar... y no pudo ser así. El "partido" terminó 2-1 aFAVOR del ovetense y se pasó por encima de esa rivalidad, hasta el punto de que, con Alonso en McLaren, parte de la afición española prefería que le ganase a nuestro campeón el mundial con tal de que no lo ganase el compañero de Fernando, del que luego hablaremos.

Después de ese convulso 2007 en el que el propio pilotoESPAÑOL se granjeó la enemistad de todo el equipo McLaren (entonces creíamos que ese odioMUTUO iba a ser eterno; craso error si nos remitimos a las pruebas), después de el escándalo de espionaje y, después de que las peleas internas derivasen en la victoria de Ferrari, esa temporada del famoso "s'anganchao", tras la que el español volvió a Francia para una travesía en el desierto en la que se volvieron las tornas en cuanto al campeonato: lo perdió un Felipe Massa nunca suficientemente valorado por la mayoría. Y lo hizo en manos del que fuera compañero de Nano en el equipo de Woking el año anterior. Aunque esto no debería extrañarnos ya que "tampoco cayó mal" que ganase un mundial el hoy compañero de Alonso, Jenson Button con un coche tan feo y tan soso como era aquel que construyó Ross Brawnsobre las cenizas de Honda, que huyó de la competición por motivosECONÓMICOS (ellos sí vieron la crisis que se venía encima; igual habría que poner a alguno de sus ejecutivos como director del Fondo Monetario Internacional...). Eso sí, tuvieron vista en lo monetario, porque no anduvieron tan listos en lo deportivo, ya que con la infraestructura de la marca japonesa Brawn GP y su doble difusorARRASÓ, pasando por encima de todos sus rivales.

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Y en esas estábamos, mientras crecía la sombra de Lewis Hamilton, quien propició con su forma de conducir que fuesen cayendo algunos de los récords de precocidad de Fernando Alonso, cuando emergió la figura de otro alemán, uno del que se decía que era el niño mimado de RedBull, del que se decía que era una figura que protegería a capa y espada la FIA a la hora de tomar cada una de sus decisiones, del que se repetía hasta la saciedad eso de que ganaba por méritos del "tramposo" que dibujaba los coches a lápiz... Sí, amigos, Adrian Newey, ese británico poco menos que un mago de la aerodinámica, ayudó a fabricar un coche que,COMO ya hicieran Ferrari y Michael Schumacher al principio de esta historia de superhéroes y supervillanos, alzó a un siempre menospreciado por la turba, convirtió a un coche con motor Reanult (que a la propia marca francesa parecía no funcionarle) en otra apisonadora, en otro equipo temible, en un golpe de alerón, a base de lápices y talonario... siempre olvidando que ahí había un pilotazo llamado Sebastian Vettel que machacó, uno tras otro, cada uno de los récords que habían batido los dos que fueron compañeros en McLaren aquel 2007.

Por supuesto, ahí volvimos a sufrir por las expectativas que nosotros mismos habíamos creado.Fernando Alonso, igual que cuando firmó por McLaren, acabó recayendo en Ferrari y, deNUEVO, estaba en el equipo soñado, en la marca por excelencia, en el entorno en el que lograría alcanzar cotas a las que sólo habíaLLEGADO El Kaiser, entonces en el nuevo equipo Mercedes. Lo que "nos" pasó fue que ni Ferrari, McLaren, o Mercedes; ni Alonso, Hamilton, o Schumacher... Nadie pudoPARAR a esa dupla formada por Vettel y su RedBull. Y, claro, eso nos "obligó" a menospreciar a ese rubete con un cochazo, a indignarnos con cada acción en la pista y hasta con sus mensajes por radio cuando ganaba una carrera, muchas carreras, casi todas las carreras. Todo esto, con un "envenenamiento" generalizado entre el aficionado español medio para el que la Fórmula 1 se estaba convirtiendo en un deporte aburrido (como lo será, por cierto, el tenis cuando Nadal deje de ganar... este tema da para unaTESIS de sociología "El porqué del fanatismo transitorio del españolito medio hacia las grandes gestas de sus paisanos" y otra de psicología "Bipolaridad en el cerebro del aficionado medio al deporte"), Ferrari se convertía en un enemigo mayor que el propio Sebastian y Alonso tenía que buscar la salida "sí o sí" de una Scuderia "anclada en el pasado y que no volvería a ganar mientras pensase que el nuestro, seguía siendo un deporte en el que primaban los motores".

Cuando llegamos al meollo de la cuestión, al año en el que, no sabemos si porque había un enemigo mayor (siempre estará más cerca de nuestro bicampeón un tipo que tenga cuatro mundiales, que otro que tenga siete), si porque nuestra "mirada sucia" y prejuiciosa se tuvo que rendir a la evidencia, si porque lo único que nos gustaba a estas alturas de RedBull eran sus anuncios... emergió unNUEVO Lewis Hamilton, uno cuyo apellido ya no se decía con resquemor, un tipo que incluso comenzaba a caer simpático.

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Como dijo Kant "el sabioPUEDE rectificar; el necio, no". Y aquí nunca sabremos si con esto queremos llamar sabio a Hamilton porCAMBIAR, o a nosotros mismos por ser capaces de bajarnos de la burra, pero el caso es que pasamos de una sensación, que en su momento podría definirse como "odio visceral hacia ese niñato", a algo mucho más sano, como la admiración por uno de los pilotos más rápidos que hemos visto en los últimos 15 años, competitivo con todos los coches que ha manejado, desde el primer día que se sentó en un Fórmula 1, desde la primera sesión de clasificación, desde su primera vuelta rápida, un debutante que puso en jaque a su compañero que, no lo olvidemos, llegó a McLaren tras ganar los dos últimos mundiales y ser el único que pudo toser al todopoderoso Michael Schumacher.

Pero como, además de rápido, es honesto, el bicampeón británico reconoce la grandeza de su mayor rival desde que llegó a la Fórmula 1 y, lejos de alegrarse porque el ovetense esté pasando por poco menos que su propio Via Crucis, en lugar de sumarse a quienes tratan de humillarle señalándole como el gafe de Ferrari, Lewis AHORA, desde que nos cae mejor, es Lewis) señala como una coyuntural casualidad el buen momento del anterior equipo de Fernando Alonso: "Cuando estaba sentado al lado de Sebastian Vettel después del GP de Malasia, pasó por mi mente lo que debía estar pensando Fernando Alonso (...) es desafortunado para él que el añoSIGUIENTE (de dejar Ferrari), el coche sea increíble". "Por el bien de Fernando, espero que esté luchando deNUEVO delante, que es el lugar que le corresponde. Lo he dicho muchas veces que yo le consideroCOMO mi rival más rápido; creo que él es uno de los mejores pilotos que haya visto la Fórmula 1".


En definitiva, qué gran suerte estamos teniendo en una época en la que comparten pista campeones de la talla de los que seJUEGAN la vida semana tras semana, aunque nos dediquemos, de vez en cuando, a ver gigantes donde sólo hay molinos...

A. Santiago @soyelantonito

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